A medio camino entre la tradición y la modernidad, la reforma de esta masía, construida en 1776, pretende aprovechar todas las ventajas de vivir en el campo sin renunciar al diseño más vanguardista. La casa, situada en la población de Seva (Barcelona), es a la vez vivienda y estudio del diseñador David Gallifa, autor de un proyecto que permite modificar las estancias en función de su uso.

De la construcción antigua se han conservado los muros perimetrales de mampostería, las vigas y las carpinterías. Se ha intentado respetar al máximo todo lo que se podía conservar, y lo que se ha sustituido se ha hecho con materiales y elementos muy actuales. La cubierta se hizo nueva para mejorar el aislamiento, aunque se recuperaron las tejas originales. Desde el interior de la casa se puede apreciar su estructura de cobre y hierro, que por la noche se ilumina como una lámpara. También se rehízo la fachada posterior para poder abrir grandes ventanales.

Los 200 m(2) de la vivienda se distribuyen en tres pisos, conectados por una escalera con peldaños de cristal transparente que dejan ver todas las plantas desde cualquier posición. Estas escaleras también actúan como distribuidor y separador de ambientes dentro de cada nivel. La planta baja es una sala única de 120 m(2) que alberga el vestíbulo, la cocina, el comedor y la sala de estar.

En el primer piso hay dos habitaciones independientes con paneles divisorios móviles que permiten comunicarlas y obtener un único espacio de 65 m(2), unido al cuarto de baño. La tercera planta, bajo cubierta, también es un espacio polivalente que actualmente acoge un despacho.