La casa portuguesa Vista Alegre ofrece una nueva colección inspirada en la obra "A Viagem do Elefante" (El Viaje del Elefante), del Nobel portugués de Literatura José Saramago. El diseño de las piezas está realizado por David Almeida, que fue amigo personal y colaborador del escritor en diversos proyectos. La colección se presenta en una edición limitada de 1000 piezas, acompañada por el libro como regalo, en una edición especial y exclusiva para Vista Alegre. El florero cuesta 244 euros.

Quizá estos argumentos y otros parecidos sean los que esta primavera encumbrarán al arte como principal fuente de inspiración para una moda delicada, repleta de detalles contemporáneos. Un buen ejemplo son las propuestas de Dior, con vestidos vaporosos, pensados para exquisitas bailarinas, que parecen sacados de una obra de Edgar Degas. Céline es otra de las firmas que toma como referencia los cortes geométricos que recuerdan a la pintura abstracta que irrumpió en el siglo XX dibujando un nuevo panorama estético, bien aprovechado por la moda.

Los abrigos y las bolsas de Hillier Bartley incluyen globos oculares garabateados. Pierpaolo Piccioli, jefe creativo de Valentino, colaboró con Zandra Rhodes en las ilustraciones religiosas de Hieronymus Bosch. La tendencia a ligar arte y atuendo no es nueva. A partir de 1908 la moda renunció al volumen y fue a buscar el plano, las transparencias y la superposición de capas. Los trajes se desinflaron y Madeleine Vionnet, Paul Poiret, Callot Soeurs, Jacques Doucet y Grabrielle Chanel esculpieron una nueva silueta, como un escultor cincela el mármol. Vionnet exploró el cuerpo desde su propio punto de vista, y supo expresar la belleza de la figura femenina con sus innovadoras formas y exclusivas técnicas de corte. En sus dibujos queda demostrada la influencia del arte japonés y los estilos artísticos de principios de siglo, especialmente el cubismo. Hoy, las españolas Ana Locking y Amaya Arzuaga siguen por la misma senda, con modelos repletos de formas geométricas.

Barbour o el triunfo del estilo clásico e intemporal. La marca británica Barbour, artífice de las famosas chaquetas inpermeables enceradas, anoraks, botas, bolsos y todo tipo de complementos, ha logrado triunfar en Rusia, a partir de a apertura de primera tienda en San Petersburgo a finales de diciembre de 2016. Se trata de una boutique de 80 metros cuadrados situada en el "Nevsky Centro", un enorme centro comercial de siete pisos ubicado en el centro de la ciudad y que alberga tiendas de unas cien marcas, aproximadamente. Barbour, presente en 40 países, abrió su primera tienda en San Petersburgo a finales de 2016. En un futuro próximo, además, la gama Barbour también se ampliará con accesorios para mascotas. La compañía británica fue fundada en 1894 por John Barbour de Galouey, Escocia, quien comenzó a vender impermeables a los marineros y trabajadores de los astilleros en el puerto de South Shields. Su original ropa pronto la convirtió en una empresa de moda que ha contado incluso con el aval de la Casa Real Británica.