El jurista José Antonio Martín Pallín (La Coruña, 1936) ha estado en Asturias para intervenir en la charla "Exhumando fosas, recuperando dignidades", organizada en la Casa Municipal de Cultura por el colectivo "Tertulias" en Llanes.

-¿En qué medida contribuyen actos como el organizado a restituir la memoria de los republicanos muertos durante la Guerra Civil?

-La memoria existe y está en los libros de Historia e incluso en algunas declaraciones de ayuntamientos. Lo que parece inverosímil es que un país y una democracia como la española no tengan la generosidad y la coherencia necesaria como para fomentar todas las políticas de rescate de los cuerpos de las personas desaparecidas en fosas, muchas de las cuales están identificadas y otras no.

-Hay quien dice que ese tipo de exhumaciones contribuyen a la división.

-Ése es un burdo pretexto de los que no quieren llevar a cabo una política de recuperación. En los Presupuestos del Estado hay una cantidad destinada a recuperar los restos mortales de los que fueron a luchar en la División Azul con los nazis y ninguna persona de los que estamos en esta lucha nos escandalizamos por ello, ni abre ni cierra heridas. Recuperar los cuerpos de los fallecidos en la Guerra Civil por la República simplemente es un acto lógico que satisface los deseos de las personas que han perdido a estos desaparecidos. Que nadie olvide que estas personas lucharon en favor de una República cuya Constitución era democrática y perfectamente homologable a cualquiera de las que ahora existen en Europa y algunos aspectos para mí, incluso, mucho mejor que la actual de 1978.

-¿Se aplica en España la ley de Memoria Histórica?

-El presidente del Gobierno ha dicho hace muy poco que no iba a derogar la ley, pero que tampoco iba a dar un euro para abrir las fosas. Creo que fue lo suficientemente expresivo.

-¿Qué piensan al respecto juristas como usted?

-No solo el presidente del Gobierno se salta la ley. También muchos ayuntamientos que se niegan a quitar placas que consideran como héroes a unos señores que fueron seguidores, según dice Naciones Unidas, de la Alemania nazi y de la Italia fascista.

-¿Qué tiene que aprender España al respecto de países como Alemania ?

-En Alemania no hubo tantos problemas al ser derrotados los nazis en la Segunda Guerra Mundial. En España, tras la Guerra Civil, Franco estuvo cuarenta años triunfando y todavía son los vencedores quienes imponen determinados comportamientos. En otros aspectos no se ha avanzado. En Alemania se declaró la nulidad de todos los consejos de guerra y no hubo desaparecidos. Hubo campos de exterminio que ahora han pasado a ser monumentos a la memoria de lo que nunca debe volver a ocurrir.

-En España los políticos acusan a determinados jueces de politizar la justicia, y viceversa. ¿Quién politiza a quién?

-Eso ya suena a chascarrillo. Realmente los jueces cumplen su misión, están en sus juzgados y les llegan casos políticos. El "caso Gürtel" nadie fue a buscarlo. Es un juego de palabras que puede ser muy divertido para una charla de café, pero que no tiene ningún fundamento.

-¿Se solucionará el problema de Cataluña en la justicia?

-Me parece absurdo. Es como si una persona tuviese una dolencia y en vez de acudir al médico acudiese a los jueces. Aquí hay un problema político. Pienso que los pasos que se están dando al respecto son equivocados y no van a solucionar ningún problema. Incuestionablemente, si los catalanes continúan por el camino que han anunciado y siguen intentado hacer leyes como la de la Agencia Tributaria y la Seguridad Social, alguien les está aconsejando de manera equivocada jurídicamente, pues estas leyes son imposibles de llevar a cabo en este momento.

-¿No está de acuerdo en que el Gobierno haya acudido a la justicia para frenar la resolución independentista?

-Hay dos aspectos en este caso. Por un lado, está el tema de la declaración efectuada por el Parlamento catalán. Es una declaración que se podía haber hecho en la plaza de Sant Jaume. Hubiera tenido el mismo valor jurídico. Sin embargo, si siguen dando pasos y continúan creando instituciones, desde luego no las puede hacer un Gobierno de la Generalitat, eso está claro.

-¿Se abusa en España del Tribunal Constitucional?

-Sí. El Tribunal Constitucional no es un juzgado de guardia. No solamente eso, sino que en España lo han dotado, cosa que no existe en ningún país del mundo, de la posibilidad de sancionar con suspensión y multa. Eso es una aberración constitucional que choca con la ciencia jurídica y la ciencia política. Son ocurrencias que solo pasan en este país.