La Coordinadora para el Estudio y la Protección de las Especies Marinas (Cepesma) rescató ayer a última hora de la tarde de las aguas del Cantábrico el cadáver de una ballena de unas siete toneladas de peso y ocho metros de longitud al que la corriente había arrastrado hasta un espigón del puerto de El Musel 24 horas antes.

El hallazgo del ejemplar lo realizaron los operarios de la Autoridad Portuaria de la ciudad. En cuanto se percataron del tamaño del animal decidieron alertar a la Cepesma para que se hiciera cargo de organizar el correspondiente operativo de rescate. Coordinar toda la operación no fue sencillo. Para sacar el cadáver del agua se hizo necesaria la intervención del "Alonso de Chaves", el remolcador de altura de Salvamento Marítimo con base en la ciudad. El cuerpo de la ballena llegó hasta la embarcación arrastrado por la Salvamar Rigel. La Cepesma necesitó, por último, la colaboración de una empresa de transportes que se desplazó hasta las instalaciones del puerto local con un camión de grandes dimensiones.

"Es un ejemplar de ballena típico del mar Cantábrico. Tenía varias heridas que nos hacen pensar que perdió la vida por una captura accidental, lo más probable es que quedara atrapada en las artes de pesca de un barco", contó a primera hora de la tarde de ayer Luis Laria, responsable de la Coordinadora. El operativo se montó pasadas las nueve de la noche. Después de que Salvamento Marítimo sacara del agua el cadáver, el camión trasladó a la ballena hasta las instalaciones del Parque de la Vida, en Luarca. Allí el animal será sometido a lo largo del día de hoy a una necropsia. "La idea es que después de saber las causas de la muerte podamos recuperar el esqueleto para exponerlo", afirmó Luis Laria.

Esta es la primera ballena que la Cepesma rescata de las costas asturianas este verano. La experiencia les dice a los responsables de la Coordinadora que no será la última.