Habla con fluidez nueve idiomas, toca seis instrumentos musicales, tiene cinco carreras universitarias, promete enseñar a cualquier persona a hablar en chino mandarín en tan solo ocho meses con una clase diaria de media hora con un sistema original de creación propia y acaba de publicar un libro para triunfar en la vida y en la empresa. Anxo Pérez, que todavía ha tenido tiempo para trabajar como traductor para Obama y para el FBI, suma miles de seguidores de su curso por Internet "8Belts", y ahora va en busca de lectores de su obra "Los 88 peldaños del éxito" (Alienta). Los orígenes de Pérez están en Finisterre. Un día decidió que quería aprender cosas y desde entonces no ha parado en ese empeño. Tiene claro que va seguir por ese camino, un camino previsiblemente tan largo como excitante y plagado de incomodidades, como a él le gusta, en el que se niega a poner el mojón de su edad porque la vida es un proceso continuo de aprendizaje en el que un punto concreto no tiene importancia.

-Habla nueve idiomas, tiene cinco titulaciones universitarias y toca seis instrumentos, ¿no se ve usted a sí mismo como un auténtico fuera de serie?

-Siempre he sido muy inquieto y curioso. Me gusta aprender y desde pequeño tengo una lógica muy acentuada. A mí no me interesa que me vea la gente como un genio, lo que me gusta es lanzar el mensaje de que todo el mundo puede progresar y que si se enseñara mejor, estudiar y aprender serían sinónimos. Un día decidí que quería aprender y ya no he dejado nunca de hacerlo. No soy ningún genio sino un aprendiz.

-¿Qué idiomas domina?

-Español, gallego, inglés, francés, italiano, alemán, portugués, chino mandarín y ahora estoy aprendiendo ruso.

-¿Qué carreras ha estudiado usted?

-Humanidades, Música, Psicolingüística, Traducción e Interpretación y Relaciones Internacionales.

-¿Y qué instrumentos toca?

-El piano, la guitarra, la armónica, la flauta, el acordeón, el saxofón y ahora la batería.

-¡Menudo currículum tiene! ¿Qué le dicen sus amigos de Finisterre?

-Mis amigos me ven como un chico normal con el que juegan al fútbol o disfrutan de la música. Soy un privilegiado porque tengo además una familia que me apoya en todo. De mis dos hermanas aprendí que en la zona de confort nunca está el éxito. Hay que ser valiente y tener muy claro que si quieres un premio mayor tienes también que estar dispuesto a pagar un precio mayor.

-¿Cómo se sale de la agradable zona de confort?

-Haciendo cosas incómodas. Con 15 años me di cuenta de que los tesoros no están en casa, que hay que buscarlos fuera, y me marché solo a Estados Unidos.

-Y llegó a hacer de traductor con Barack Obama, ¿qué recuerda de esa experiencia?

-Fue una traducción por televisión, nunca he estado cara a cara con Obama. Con 18 años me di cuenta de que me estaba desaprovechando y me ofrecí como traductor para la población hispana de la Policía en Estados Unidos.

-¿Cómo pasó de ayudar a la Policía a colaborar con el FBI?

-Empecé con una Policía Local, luego pasé a la Oficina del Sheriff, más tarde al Tribunal Supremo de Virginia, al Senado y con 20 años entré en el FBI.

-Cuénteme, por favor, alguna anécdota de aquella época.

-El trabajo era bastante aburrido, pero de vez en cuando tenía que participar en auténticas redadas hollywoodienses. Logré destapar a través de escuchas a un capo mexicano de la droga.

-¿Me garantiza usted que en ocho meses puedo aprender chino?

-Puedo lograr que cualquier persona hable chino si dedica a mi método 30 minutos al día.

-¿Por qué cree usted que en la escalera del éxito el primer peldaño se llama crisis?

-Cuando uno toca fondo no le queda más remedio que reactivarse. Si vives renqueando permanentemente, vives en la penumbra. Ante las crisis, sucumbir nunca es una opción.

-¿Cuántas veces ha sucumbido usted?

-Alguna vez me ha ocurrido. Recuerdo que una chica me dijo en Estados Unidos hace bastantes años que no iba a llegar a nada porque me faltaba ambición. Esa frase estuvo a punto de hundirme, pero me hizo reaccionar. Por eso pienso mucho en el "yo creo en ti", cuando alguien te pronuncia esas cuatro palabras te anima y da una fuerza enorme.

-¿Cómo soy si tengo autoconfianza pero me falta humildad?

-Incompleto. El binomio del éxito está en nuestro mérito, en el esfuerzo por lograr metas, pero también hay que tener en cuenta lo que han hecho otros para que tú tengas éxito, y eso es la humildad. Por cierto, el esfuerzo se contagia, por eso es más productivo rodearse siempre de gente luchadora.

-¿Ser positivo es siempre mejor negocio que ser negativo?

-¡Claro! Ser positivo es un requisito para lograr el éxito. Por cada cosa que lamentar hay mil que celebrar.

-¿Qué hacer cuando nos invade la preocupación?

-Solo se deben escuchar nuestras preocupaciones para ponernos en marcha en busca de una solución. Se deben anotar en un papel tres acciones a realizar para superar esa preocupación y llevar a cabo esas acciones. Tener planes en la vida es fundamental. Si no sabes adónde quieres ir, difícilmente vas a llegar.

-"Sonría más, piropee más, caiga mejor"... ¿Qué tiene que ver el gustar al prójimo con el éxito?

-No es para gustar más a los otros, sino para gustarte más a ti mismo porque serás mejor persona.

-Dígame, por favor, en qué invertiría usted.

-En conocimiento. El conocimiento no hace tu vida más larga, pero sí más ancha. Cuando voy al gimnasio, en vez de oír música, escucho charlas que me aportan más conocimiento. La música la dejo para cuando quedo con mis amigos. Hacemos conciertos en casa. Ahora he compuesto una melodía en chino.

-¿Se puede aumentar la capacidad de retención de lo aprendido?

-Por supuesto. Lo más importante no es lo que se aprende sino la información que queda dentro del cerebro, y para eso es clave la retención. Hay que avanzar y también consolidar.

-¿Qué papel juega la suerte en el éxito de una persona?

-¿Por qué no quemamos la palabra suerte? La suerte es democrática, y lo que yo pienso es que si hay personas que han triunfado en situaciones más adversas que las que tú vives no hay razón para que tú no triunfes también.