La escalada de las descargas ilegales sigue imparable en España, donde la tasa de piratería alcanza ya al 77,3 por ciento de los contenidos digitales, lo que supone que sólo dos de cada cien canciones se obtienen de forma legal y que la mitad de los libros se piratea. Por lo pronto, el Estado ha dejado de ingresar 2.000 millones de euros anuales en concepto de IVA e Impuesto de Sociedades, un 25 por ciento más que en el año anterior.

«España es uno de los países con índices de piratería más altos de Occidente», denunció ayer José Manuel Tourné, director general de la Fundación para la Protección de la Propiedad Intelectual, en la presentación de los datos del Observatorio de Piratería y Hábitos de Consumo de Contenidos Digitales que ha sido realizado a instancias de la Coalición de Creadores e Industrias de Contenidos.

Solo en el primer semestre la tasa de piratería creció un 0,4 por ciento y el volumen económico de los contenidos descargados ilegalmente ascendió a 5.229,4 millones de euros, casi cuatro veces más que el valor del consumo legal. El negocio sufrió un descenso del 0,5 por ciento respecto al mismo período del año anterior y su volumen descendió a 1.538,1 millones de euros.

Tourné achacó este aumento al retraso de la entrada en vigor del reglamento que desarrollará la «ley Sinde», que permite el cierre de páginas web de descargas ilegales por orden judicial, y que está pendiente de dictamen en el Consejo de Estado.

La consultora IDC, autora del informe, advierte de que la música sigue siendo el sector más esquilmado por la piratería: el 98,2 por ciento de las canciones se descarga ilegalmente, por un valor de 2.746,4 millones de euros, seguido del cine, que soporta descargas ilegales del 73,9 por ciento de las películas con un coste de 1.401,6 millones, según informa la agencia «Efe».

La tasa de piratería en el sector de libro digital se ha disparado un 40 por ciento respecto al primer semestre de 2010 y roza el 50 por ciento. El valor de los textos descargados de forma ilegal alcanza los 793,2 millones de euros, mientras que el de los videojuegos también crece de forma imparable y se sitúa ya en el 62 por ciento, con un coste de 288,2 millones. La Asociación Española de Distribuidores y Editores del Software de Entretenimiento tachan esta práctica de «hecho gravísimo» que «lastra y paraliza» el sector y amenaza al «resto de las industrias culturales y de contenidos».

Los editores consideran «alarmante» el crecimiento de las descargas ilegales y advierten de que si el próximo Gobierno no adopta medidas para combatir este fenómeno se verán obligados a irse de España y trasladar sus negocios a países más beligerantes con las descargas ilegales.

«No existe novedad que no sea inmediatamente pirateada», denunció Antonio María Ávila, director de la Federación de Gremios de Editores. Si se suman las cifras de los últimos doce meses analizados (julio de 2010 a junio de 2011), el valor de los contenidos pirateados supone una sangría de 10.791,5 millones de euros, lo que implica un aumento del 25 por ciento.

Las consecuencias de la piratería de contenidos digitales alcanzan también a las arcas del Estado, que dejarán de ingresar unos 2.000 millones de euros en concepto de IVA e Impuesto de Sociedades. José Manuel Tourné instó a que se cumpla el mandato del Parlamento y se apruebe con urgencia el Reglamento que desarrolla la «ley Sinde» para poner coto a estas prácticas ilegales contra la industria de contenidos culturales y de entretenimiento en soporte digital.

También reclamó la urgente constitución de la Comisión de Propiedad Intelectual que debe comenzar a tramitar las denuncias.

En nombre de la Coalición de Creadores e Industrias de Contenidos, Tourné alertó sobre el cierre de portales de descargas legales ante la falta de una regulación adecuada. Los creadores quieren que España deje de ser un país de jauja y consideran que internet debe convertirse en una gran oportunidad para este sector industrial de la cultural en vez de significar su ruina.