Una historia cotidiana, una acción cualquiera, por sencilla que sea, puede ser el germen de una gran trama. Esta es la lección que los alumnos de 1º de Bachillerato del IES Río Duero ayer aprendieron en un taller de escritura creativa conducido por el escritor zamorano David Refoyo.

La actividad de fomento y animación a la lectura comenzó a gestarse como un encuentro del autor con los alumnos. Sin embargo, «cambiamos el planteamiento para hacer algo más creativo con el fin de que los alumnos aprendieran a escribir y comprobaran que cualquier cosa puede dar lugar a una historia narrativa o a poesía», explica el profesor de Lengua y Literatura, Julio Eguaras. La propuesta comenzó con el visionado de varias secuencias de la película «Pulp Fiction», en concreto, «dos momentos con los que los chicos pudieran empatizar y darse cuenta que cómo nace una buena trama», concreta el autor de «Odio».

Tras leer un texto, los chicos tuvieron que contarlo en primera persona, hacerlo en tercera y posteriormente enriquecerla con detalles antes de confeccionar su propio relato. «Hemos hecho una historia, basada en recuerdos y con lo que nos viene a la cabeza», «no sé si tenemos facilidad, pero me parece interesante cómo nos lo han planteado», comenta Luis Escobar, de 1º de Bachillerato, en tanto que su compañero Sergio Garrido Diez, apunta: «He aprendido que no se necesitan historias muy complejas para hacer un buen relato». «Los hechos del día a día son los que más marcan y pueden dar origen a narraciones interesantes», concluye. Clara García Pastor, aficionada a la escritura que ya se ha atrevido a colgar en alguna red social algún microrrelato, cree que ahora sabrá enfocar mejor cada texto, puesto que «hay que tener muy presente y describir el espacio donde ocurre y su época».

Una vez concluido el taller de escritura, David Refoyo valora que «les cuesta un poco escribir», para a renglón seguido añadir: «pero, son jóvenes que han visto mucha televisión e Internet y todos estos conocimientos irán aflorando poco a poco». El autor de «25 centímetros» cree que «deberían potenciar la creatividad en la educación en todos los ámbitos, puesto que hasta para ser zapatero hay que ser creativo».

En otro orden de cosas y, como manera de celebrar el último día lectivo de clase, el centro educativo, en coordinación con el Ampa, organizó, de manera novedosa, diversos talleres para los alumnos de ESO y de Bachillerato, entre los que figuraban, actividades relacionadas con la cocina, tiro con arco, collares de fieltro así como primeros auxilios, papiroflexia a lo que se unió kimball, defensa personal e incluso bailes, salsa, bailes regionales, baile funky sin pasar por alto karaoke, motos o bien anamorfosis.