Los objetos personales del inversor Bernard Madoff -entre ellos más de cuarenta relojes de lujo o una chaqueta personalizada de los New York Mets- serán subastados hoy con la intención de recaudar alrededor de medio millón de dólares para los afectados por el calificado como mayor fraude de la historia.

«The Wall Street Journal» hace un completo «inventario» de algunos de los artículos más singulares que serán incluidos en la subasta gestionada por Gaston & Sheehan Auctioneers.

Entre los alrededor de 200 objetos incautados por los US Marshals que serán subastados destaca una colección de más de 40 relojes, entre ellos 17 Rolex y varios Audemars Piquet, Franck Muller o Jaeger-LeCoultre. El reloj con más valor es un cronógrafo de oro Rolex del modelo «Monoblocco», con un valor estimado de entre 75.000 y 87.500 dólares. Su número de lote es el 237.

La subasta también incluye numerosas joyas propiedad de Ruth Madoff, esposa del inversor. Entre ellas destacan unos pendientes de diamantes (lote 218) con un valor comprendido entre 14.300 y 21.400 dólares, o un brazalete de diamantes y esmeraldas (lote 202) por el que se espera recaudar un mínimo de 15.600 dólares, informa la edición digital del diario económico Expansión.

Las personas que acudan a la puja también podrán hacerse con objetos más personales y menos valiosos desde el punto de vista material, como una chaqueta del equipo de béisbol de los New York Mets personalizada con el nombre de Madoff bordado en la espalda. ¿Su precio? Entre 500 y 720 dólares. La subasta, que tendrá lugar el hoy a las diez de la mañana (hora local) en el Sheraton & Towers de Nueva York, se puede seguir en directo a través de Proxibid.

Por otro lado, dos informáticos que trabajaban con el financiero estadounidense Bernard Madoff fueron detenidos ayer acusados de colaborar en la mayor estafa financiera de la historia, una implicación que podría suponerles 30 años de prisión. El fiscal federal del distrito sur de Nueva York, Preet Bharara, informó de que Jerome O'Hara y George Pérez, de 46 y 43 años respectivamente, se encontraban en sus respectivas viviendas cuando a primera hora de la mañana fueron a detenerlos agentes de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI).

Ambos están acusados de conspiración y falsificación contable de documentos para ayudar a Madoff a crear y desarrollar durante dos décadas una fraudulenta estructura financiera piramidal con la que conseguía atraer enormes cantidades de dinero con la falsa promesa de invertirlo y obtener importantes rentabilidades. En realidad lo que hacía Madoff a través de su firma de inversión era pagar los intereses prometidos a sus clientes con los nuevos fondos que iba recaudando, hasta que éstos dejaron de llegar a raíz de la crisis financiera y la escasez de liquidez, lo que causó el derrumbe de una pirámide que el propio financiero cifró en unos 65.000 millones de dólares.