La fraternidad y la esperanza de que el campo reporte este año buenas cosechas que contribuyan a mantener y potenciar el sector agrícola, uno de los pilares de la economía local, marcaron ayer la celebración de la fiesta en honor de San Isidro, patrón de los labradores. Tras las vísperas celebradas el pasado lunes en la Colegiata de Toro, hermanos de la cofradía de San Isidro, miembros de la Junta Agropecuaria, autoridades y vecinos se congregaron en la mañana de ayer en el mismo templo para asistir a la eucaristía en honor de San Isidro, que fue oficiada por el párroco José Luis Miranda.

Al finalizar la misa y tras recordar a los cofrades fallecidos, Ángeles Medina, concejala socialista del Ayuntamiento, se convirtió en la primera mujer en ingresar en la hermandad, después de que ésta aprobara en su última asamblea su conversión en mixta. Emocionada, Medina besó las insignias de los hermanos que este año se han encargado de organizar la fiesta, Antonio Fortuoso, Eugenio Calero, Antonio Alaguero y Saturnino García y formalizó su ingreso en la cofradía, en la que su padre, Ángel Medina, desempeñó el cargo de secretario durante 24 años. Tras la misa, cofrades y agricultores compartieron un refresco durante el que se repartieron los bizcochones y se cobraron las cuotas. Ya por la tarde, los toresanos arroparon a la imagen de San Isidro durante la procesión, cuyo discurrir fue acompasado por la Banda de Música La Lira. Durante el desfile también se celebró la tradicional bendición del campo toresano.