"Noche de quintos, mañana de empajada". Esta tradición, que ha conseguido preservar Morales de Toro ha dividido a los vecinos de la localidad, ya que mientras algunos entienden que la diversión y la fiesta van de la mano en la noche de los quintos, para otros los jóvenes se han extralimitado este año con pintadas ofensivas y con el depósito de paja en lugares inapropiados. Aunque algunos enmarcan el hecho de esparcir paja en una tradición muy ligada a la celebración de la fiesta de los quintos y que tiene su origen en que cuando un joven cortejaba a una mujer, los quintos del año unían las dos casas con un poco de paja, esta acción ha tenido consecuencias este año.

Ante los hechos protagonizados por los quintos, el párroco de la localidad anunció ayer, a través de un escrito, que tras los hechos sucedidos durante el pasado 30 de abril en el pueblo de Morales de Toro y, en concreto, en el entorno de las dependencias de la parroquia (casa e iglesia parroquial), "quedan suprimidos todos los cultos y demás actividades de pastoral en esta parroquia de El Salvador, hasta que dichos lugares no se encuentren como estaban el pasado 29 de abril". Del mismo modo, el párroco explica en este escrito que los fieles cristianos de la citada parroquia podrán participar en los cultos y otras actividades de pastoral en cualquiera de las otras cinco parroquias de la Unidad de Acción Pastoral, en las fechas y horas que se encuentran publicadas en los horarios de cultos y actividades de la Unidad de Acción Pastoral de Morales de Toro, mientras se mantenga la medida. El párroco enmarcó ayer esta decisión en el "ámbito local" y prefirió no pronunciarse al respecto, aunque aseguró que una vez que se restablezca la "normalidad" y se limpien las pintadas o se retire la paja acumulada que, en el caso de la vivienda parroquial, alcanzó varios centímetros, los cultos y otras actividades pastorales, regresarán a la iglesia de El Salvador, "si Dios quiere", apostilló.

No solo la iglesia y la casa parroquial fueron objeto de la acción de los quintos de Morales de Toro ya que, en otros puntos de la localidad, también dejaron su huella a través de pintadas, ofensivas para algunos vecinos, como la que reproduce la frase "La iglesia que más ilumina es la que más arde". Al margen de la decisión adoptada por el párroco, muchos vecinos de Morales de Toro tuvieron que retirar la paja acumulada en el entorno de sus viviendas o la que los jóvenes esparcieron sobre algunos vehículos estacionados en la vía pública, labores de limpieza que completará el Ayuntamiento en las próximas horas para no dejar rastro de la fiesta de los quintos.