Las lluvias registradas en la provincia durante las últimas semanas han paralizado las labores de siembra de remolacha, situación que ha generado preocupación tanto en los agricultores como en la industria, ya que los plazos para realizar la sementera se agotan, lo que podría provocar una reducción de la superficie destinada a este cultivo. El responsable del sector remolachero de la organización agraria Coag, Fernando García, destacó ayer que, durante el mes de febrero se realizaron las primeras siembras, pero por las bajas temperaturas y el hielo algunos agricultores tuvieron que volver a realizar la sementera.

No obstante, la mayoría de los cultivadores decidieron esperar a que las condiciones meteorológicas fueran más favorables para realizar la siembra, labores que en la mayoría de los casos no se han podido llevar a cabo por las continuas y abundantes precipitaciones. En este punto, García subrayó que los cultivadores que entregan su remolacha en la Azucarera de Toro esperarán, como máximo, hasta finales de abril para realizar la siembra por lo que, en el caso de que no se den las condiciones ambientales adecuadas, es posible que algunos agricultores se decanten finalmente por plantar otros cultivos en las parcelas de su propiedad. Esta situación, como reconoció García, ha generado preocupación entre los cultivadores y "nerviosismo" en la industria porque, si se alarga en exceso la sementera, es posible que "el agricultor se piense si siembra o no remolacha". De otro lado, el responsable del sector de Coag precisó que la demora acumulada en la siembra no tiene porque incidir de forma negativa en la calidad final del cultivo, ya que su desarrollo vegetativo puede ser el adecuado si las condiciones ambientales que se registren durante el verano y el otoño son las idóneas para el crecimiento de la remolacha.

En principio, según los cálculos realizados por García, si la meteorología es favorable y los cultivadores pueden llevar a cabo la siembra en las próximas semanas, es posible que en la zona de Toro la superficie sembrada sea similar a la de la pasada campaña cuando 7.900 hectáreas fueron dedicadas a la remolacha. No obstante, recordó que esta superficie se redujo en cerca de 1.300 hectáreas en comparación con la campaña del 2016 cuando, en Toro, fueron sembradas alrededor de 9.200 hectáreas.