El Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, a través de la Entidad Estatal de Seguros Agrarios (Enesa), ha ampliado el plazo para la realización de modificaciones en las declaraciones de seguro de secano para explotaciones de cultivos herbáceos extensivos en Castilla y León. Ante la escasez de precipitaciones el año pasado, que ocasionó la reducción del volumen de agua almacenada en los embalses, fue posible asegurar parcelas que inicialmente eran consideradas de regadío, como parcelas de secano, en los seguros contratados para explotaciones de cultivos herbáceos extensivos, informaron fuentes ministeriales a través de un comunicado. Esta moratoria se extenderá hasta el 10 de abril, de forma que los agricultores que lo deseen podrán revertir sus seguros de secano y transformarlos en regadío para cultivar productos que le ofrezcan una mayor rentabilidad.

No obstante, no parece que esta prórroga vaya a servir de mucho a los regantes toresanos. Por ejemplo, los comuneros del Toro-Zamora, según informa su presidente -Pedro Pablo Ballesteros-, utilizan en su inmensa mayoría seguros de regadío. Esto se debe a que los seguros de secano, como su propio nombre indica, está orientados a los cultivos de invierno que solo perciben el agua que cae del cielo. Sin embargo, muchos comuneros del Toro-Zamora apuestan por un cultivo de secano complementado con parte del agua de la dotación aportada por Confederación Hidrográfica del Duero.

El mismo Ballesteros trasladó esta preocupación a la consejera de Agricultura, Milagros Marcos, hace tan solo unas semanas. A juicio del presidente del canal Toro-Zamora, "las ventajas ofrecidas por las líneas de seguros de secano son insuficiente para agricultores con parcelas de riego".

Fichas de cultivo

Los comuneros del Toro-Zamora disponen hasta el 30 de abril para entregar las fechas de cultivo, pero las estimaciones indican que la mitad de las tierras de labranza serán sembradas con cultivos de secano. A falta de la confirmación oficial, se espera que entre un 40% y un 45% de las parcelas estén ocupadas por cultivos de invierno: trigo, cebada o guisantes para seco.

Si bien el pasado año la mayoría de agricultores optaron por sembrar un 50% de sus explotaciones, esta campaña se calcula que el porcentaje suba considerablemente. Esto responde a dos causas: primera, las previsiones conservadoras han llevado a los comuneros a apostar por una gran cantidad de cultivos de secano, que el paso año no dio tiempo a sembrar, ya que se esperaba que la sequía no se prolongara por tanto tiempo y poder optar por productos más rentables a última hora; segundo, las precipitaciones del mes de marzo han revitalizado los pantanos, permitiendo a los regantes apostar por cultivos hortícolas como el maíz, el girasol o el sorbo.