El estado actual de los embalses en Castilla y León, al 35% de su capacidad y con un ritmo de recuperación lento y desigual por zonas, permite prever a la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) que será necesario ajustar las dotaciones de metros cúbicos por hectárea durante la campaña de riego, salvo que las condiciones varíen a lo largo de las próximas semanas y la primavera. La CHD se reunirá en los próximos días con las comunidades de regantes de las principales zonas de la cuenca, con anterioridad a las juntas de explotación del mes de marzo, para explicar las previsiones de agua disponibles con el fin de que puedan planificar sus campañas.

Las juntas de explotación se celebrarán en marzo con presencia de los diferentes usuarios con objeto de determinar los volúmenes de agua existentes para cada uno de los usos, dentro de los doce sistemas de la cuenca del Duero, en la campaña que comenzará en abril. Los acuerdos serán ratificados por la Comisión de Desembalse que tendrá lugar a primeros de ese mes. Este órgano de participación, donde también se hallan representados los usuarios, determinará las reservas que habrán de quedar en cada embalse a 30 de septiembre, fecha en que concluye la campaña de riego y el año hidrológico. De esta manera, se concretarán las dotaciones por hectárea para cultivos de regadío según las zonas.

El sistema de dotación ha llegado para quedarse. Al menos así lo creen la mayoría de los regantes de la zona de Toro y en este sentido se lleva moviendo CHD desde el comienzo de la pasada campaña. En 2017, a consecuencia de la sequía y el bajo nivel que presentaban presas y pantanos, CHD decidió establecer una cuota de 3.000 metros cúbicos por hectárea cultiva. Esta cantidad, según indicaron los presidentes locales del Canal de San José y el Toro-Zamora, suponía un 50% del agua habitual, y óptima, que se requiere para una campaña regular. Es decir, para que los agricultores de regadío pudieran plantar y sacar rendimiento a las plantaciones hortícolas (que son las que permiten un mayor beneficio) necesitan una media de unos 6.000 metros cúbicos por hectárea. Ahora, todo parece indicar que las dotaciones serán aún menores, ya que la ausencia de lluvias se ha prolongado y los pantanos se encuentran bajo mínimos.

A la espera de la Junta de Explotación con CHD para las comunidades de San José y Toro-Zamora, que se celebrará el 1 de marzo, la instauración de cuotas de agua por hectáreas ya son malas noticias para los regantes del canal de San José y no tan malas para los del Toro-Zamora, a no ser que la dotación ni si quiera permita salvar la campaña, como parece que sí consiguieron durante el pasado curso. La clave se encuentra en el estado de las instalaciones de ambas comunidades. Por un lado se encuentra el Toro-Zamora, que llevó a cabo los trabajos de modernización hace años (por los cuales tienen una importante deuda pendiente) y eso les permite ser mucho más efectivos a la hora de regar. Por otro lado, los agricultores del San José han rechazado la modernización de su estructura hídrica (debido al alto coste que supondrá para la comunidad) y mantienen el riego "a manta" -también conocido como "a pie"-, una modalidad de regadío que requiere de una gran cantidad de agua para ser efectivo sobre las tierras de labranza.

Desde el Toro-Zamora, Pedro Pablo Ballesteros, presidente de la comunidad, ha declarado en alguna ocasión su conformidad con las dotaciones; ya que bajo su criterio, estas suponen un reparto de agua más justo y equitativo. Por su parte, el San José ha celebrado durante los últimos días reuniones informativas para conocer proyectos de modernización del sistema de regadíos. A los cuales podrían acogerse durante la próxima campaña en caso de así decidirlo el conjunto de los comuneros.

Actualmente, el Sistema Pisuerga -que abastece a los canales toresanos- alberga un volumen de 117 hectómetros; un 24% de su capacidad total. El año anterior, cuando la dotación se redujo a 3.000 m³, almacenaba el doble de agua, llegando a un 43% de su capacidad.