Las calles de Toro se convirtieron ayer en el escenario perfecto para disfrutar del gran espectáculo que ofrecieron los más pequeños que, durante el desfile infantil de los carnavales, volvieron a demostrar que el relevo está asegurado para mantener una de las fiestas más arraigadas en el corazón de los toresanos y declaradas de Interés Turístico Regional. Ni las bajas temperaturas registradas ayer en la ciudad desanimaron a los niños que desde hace semanas esperan la celebración de un mágico desfile en el que lucen sus disfraces, representan sus montajes y disfrutan de una experiencia inolvidable en compañía de familiares y amigos.

La plaza de San Francisco fue un año más el punto de encuentro de todos los participantes en este desfile que recorrió las calles de la ciudad ante la atenta mirada de miles de personas que no quisieron perderse ni un detalle del mágico espectáculo carnavalero. Y es que el desfile infantil de carnaval es mucho más que una completa muestra de disfraces de manufactura artesanal, ya que todos los participantes asumen a la perfección el personaje al que representan y ofrecen una cuidada y ensayada interpretación. El público que se congregó en las calles de la ciudad pudo disfrutar de originales montajes como el que representó a los cuatro elementos de la naturaleza, (agua, tierra, fuego y aire), mientras que el ritmo lo aportaron las majorettes, la batukada toresana o los espantapájaros. El público también vibró con los personajes de la película Titanic, con los aficionados a la cetrería, con el montaje "Toro Unka" o con el carrusel. En Toro también desfilaron ayer niños disfrazados de reyes, payasos, brujas, piratas, emoticonos, drácula, aficionados a la cetrería o diversos animales.