La residencia Ciudad de Toro se sumó ayer a la celebración del carnaval con la recreación de una gran boda en la que participaron los usuarios del centro, así como los trabajadores. Los novios fueron los protagonistas del enlace al que no faltaron los padrinos, el sacerdote o dos monjas, mientras que los residentes fueron testigos, como invitados, de la ceremonia. La boda se desarrolló en un salón decorado con una pequeña capilla o la mesa propia del banquete.