Los viñedos de la Denominación de Origen Toro se encuentran inmersos en la campaña de poda. Este periodo, que comienza durante las últimas fechas del mes de diciembre, se extiende hasta principios de abril, poco antes del florecimiento de las plantas. Según los datos que maneja el equipo técnico del Consejo Regulador, los operarios de las bodegas ya han podado entre un 15% y un 20% del total de hectáreas que conforman las tierras de la DO.

La poda consiste en suprimir total o parcialmente los órganos de la vid, principalmente pámpanos y sarmientos. Hay cuatro razones por las que se lleva a cabo este proceso en los cultivos destinados a la producción de vino: alargar la vida de la vid; asegurar la cosecha para el próximo año, manteniendo una obtención estable de kilos de uva recogidos; modificar su forma para hacerlas más manejables para su posterior recolección y maximizar la fotosíntesis en función del sistema de conducción, con el fin de obtener una uva más equilibrada. "Si no se realizara la poda la planta con su carácter trepador crecería y perdería calidad y fuerza al adquirir una mayor cantidad de madera", afirma Santiago Castro, director técnico del Consejo Regulador de la DO Toro.

La poda se realiza de forma indistinta en las variedades de tinto y blanca. Lo que altera el proceso de despoje de elementos innecesarios de las cepas es la formación de la vid. En Toro hay dos modalidades perfectamente diferenciadas según el número de brazos que presente la planta: en vaso y en espaldera. La principal diferencia en el proceso de poda es que en las primeras se dejan las cepas a dos yemas más la ciega y en las segundas se dejan a una o dos yemas más la ciega. La ciega es la denominación que recibe la yema que se encuentra más pegada al tronco y que normalmente no brota.

La modalidad de la vid (vaso o espaldera) determina si los viticultores pueden realizar prepoda o no. Solo las viñas en espalderas son accesibles a esta primera podadura, siendo posible realizar una prepoda eléctrica que libere a la planta de los sarmientos de mayor tamaño. Los viñedos en vaso, por su parte, solo permiten una liberación de las cepas y siempre es definitiva. Solo un 20% de las explotaciones de la DO Toro cuentan con viñas en espaldera, por lo que el procedimiento de prepoda no está mayoritariamente extendido entre las bodegas locales.

El clima más indicado para realizar estos trabajos es el seco y no especialmente frío. Se intenta, sobre todo, evitar realizar este proceso durante las heladas, ya que los sarmientos son entonces quebradizos exponiéndose a cortes poco limpios y los tejidos expuestos de nuevo al aire son muy sensibles al hielo. Estas circunstancias favorecerían la entrada de hongos como eutipiosis y la yesca.

Heladas y desinfectantes

Ante esta situación, los profesionales aconsejan dos medidas fundamentalmente: evitar realizar la poda durante las heladas y aplicar productos antifúngicos y desinfectantes durante las tareas de despoje. No obstante, no siempre se pueden cumplir estas advertencias, ya que la climatología de Toro a menudo alarga la presencia de heladas hasta principios de mayo y las labores de poda deben realizase con anterioridad. Asimismo, enfermedades como la yesca o la eutipiosis están muy extendidas, con presencia en viveros, en otras cepas y en el terreno. Los profesionales técnicos del Consejo Regulador recomiendan identificar las plantas enfermas y retrasar su poda para el final, acompañando los cortes con la aplicación de productos desinfectantes como lejía al 5%.

Si bien la ausencia de lluvias facilita las labores de poda, nadie en Toro desea que la sequía persista en el tiempo. Los viñedos, como la totalidad del campo toresano, requieren de un aumento inmediato de las precipitaciones para que la tierra adquiera las reservas de agua necesarias de cara a los meses de verano. Asimismo, Santiago Castro, indica que la falta de agua afectaría directamente a la "producción" de las bodegas locales.