El interés por conocer cómo se está desarrollando uno de los proyectos más importantes de cuantos se han materializado en los últimos años en la ciudad, la restauración del Puente Mayor o puente de piedra, propició que los toresanos llenaran ayer el salón de actos de la Casa de Cultura para seguir la conferencia impartida por el arquitecto Claudio Pedrero Encabo sobre las obras que, desde el pasado mes de abril, se ejecutan en el monumento. El paso del tiempo ha afectado de forma inexorable al monumento construido en la época medieval y que ha sido objeto de diversas intervenciones documentadas históricamente para garantizar su conservación, "actuaciones regulares" que, como matizó, "dan una idea de lo costoso que es mantener el puente en condiciones".

Los daños que presentaba la construcción y las intervenciones que requería fueron detalladas en un plan director, en cuya elaboración colaboró Pedrero, y que estimaba el coste de las obras necesarias en siete millones de euros. Parte de estos trabajos se ejecutan en la actualidad, aunque el presupuesto que se destinará a su consecución ronda el millón de euros, por lo que, como explicó Pedrero en su charla, ha sido necesario priorizar las actuaciones y dotarlas de una "relevancia" que, en pocos meses, servirán para devolver parte del esplendor a una construcción que calificó de "imponente". Desde que se iniciaran las obras, como detalló Pedrero, se han llevado a cabo trabajos de consolidación del muro en el embarque sur que "estaba muy descalzado", aunque también en esta zona se han consolidado los cimientos y se han aplicado inyecciones de cal para mejorar los interiores.

En una fase posterior se descubrieron las partes del puente en las que se pensaba que podía conservarse algún resto de pavimento y en la zona norte también se ha dejado preparado el sistema de drenaje para poder evacuar el agua. En este punto, el arquitecto subrayó que, al margen de los daños que el agua del cauce del río provoca en el monumento, otro de los problemas es el aporte de agua de lluvia que se filtra al interior de las fábricas provocando empujes que afectan a la estructura. Para paliar estos daños provocados por aguas pluviales se dotará al monumento con un sistema de drenaje.

En la actualidad, como apuntó, la empresa adjudicataria del proyecto está rehaciendo los petos de la parte del puente que habían desaparecido, actuación en la que se está empleando un tipo de piedra que ha generado cierta polémica por la apreciable diferencia con el resto de la construcción. En este punto, matizó que, en las distintas intervenciones ejecutadas en el monumento se ha utilizado un tipo de piedra distinto, tales como arenisca, pudinga o caliza. No obstante, como subrayó, en la intervención actual se está siguiendo el mismo criterio empleado históricamente, es decir, "utilizar una piedra caliza que va a responder bien y que no desentone, aunque hay que pensar que estamos poniendo una piedra nueva y que, con el paso del tiempo, pasará a formar parte del puente con toda naturalidad como el resto".

Otra de las actuaciones que se está ejecutando en la actualidad, es el levantamiento de los enlosados históricos del siglo XVIII que han sido localizados y que serán recolocados "con la sección correcta para que funcionen los desagües", obras que darán paso a la finalización del pavimento del tramo principal del puente con los dos embarques. Del mismo modo, como avanzó, en una fase posterior se tratarán de corregir los daños detectados en la represa, ya que "hemos apreciado cierto deterioro en algunas partes". En principio, las obras concluirán en noviembre del 2018.