Unidos por un fin común, la lucha contra el cáncer, cerca de un centenar de voluntarios, socios y colaboradores participaron ayer en la jornada anual de convivencia, organizada por la Junta Local de la Asociación Española contra el Cáncer de Toro. Tras la renovación de la junta directiva, que preside María Hernández Pérez, los toresanos y vecinos de otros municipios del alfoz demostraron ayer que siguen confiando en una asociación que, durante muchos años, ha trabajado de forma incansable por aportar su granito de arena a la investigación y, sobre todo, por trasladar a los enfermos y familiares el cariño y apoyo que necesitan en momentos duros, durante lo que han podido sentir que no están solos en su lucha particular contra el cáncer. La jornada de convivencia comenzó con una eucaristía celebrada en la Colegiata de Toro y que fue oficiada por el párroco local Roberto Castaño. Una vez concluida la misa, los participantes en esta jornada de convivencia se trasladaron al restaurante Catayo de la ciudad para compartir una comida de hermandad.

Cerca de un centenar de personas, entre socios, voluntarios y colaboradores de la Junta Local, asistieron a esta comida de fraternidad durante la que presidenta de la Junta Local, María Hernández, agradeció al respaldo de la concejala de Asuntos Sociales, Pilar Ruiz y de los concejales del PP en el Ayuntamiento de Toro, José Luis Prieto y Natalia Ucero, aunque también resaltó que a la eucaristía asistió la diputada Maribel Escribano.

Durante esta comida, los participantes pudieron colaborar con la asociación a través de unas vistosas huchas elaboradas por los voluntarios, aunque los participantes también pudieron adquirir el nuevo calendario editado por la Asociación. La jornada concluyó con una visita guiada a la Colegiata, durante la que los participantes pudieron acceder a la torre del monumento.