La cencellada y las bajas temperaturas registradas ayer obligaron a los bomberos y a los voluntarios de Protección Civil a esparcir sal por calles y plazas de la ciudad para evitar posibles incidentes. La rápida actuación de los voluntarios que, desde primera hora de la mañana esparcieron sal en determinados puntos, permitió que no se registraran incidentes, salvo resbalones y alguna caída sin consecuencias. A pesar de las gélidas temperaturas, numerosos toresanos salieron a la calle para disfrutar de una estampa propia del invierno y de la huella de la cencellada en parques, jardines y tejados. Muchos optaron por asomarse al mirador del Espolón para contemplar la vega, aunque la intensa niebla dificultó disfrutar de estas vistas.