La sequía de 2017 ya es considerada la peor de los últimos 20 años en España. Todas las esperanzas estaban puestas en la llegada del otoño y sus habituales precipitaciones, no obstante la realidad está deparando un escenario todavía más aciago que el sufrido durante los últimos 10 meses del año. En la contemporaneidad urbanística en el que se mueve el día a día de las sociedades opaca el verdadero peligro de esta situación con la posibilidad de poder vestir manga corta a las puertas de noviembre. Sin embargo, la continuada ausencia de precipitaciones es un marco contextual que afecta desde el agricultor que labra la tierra hasta el directivo madrileño que respira veneno en su camino al trabajo en Madrid. Los precios de los alimentos suben, los embalses se vacían y la naturaleza se resiente. Los últimos perjudicados por la falta de tormentas han sido los aficionados de la Sociedad Micológica de Toro, cuyo pasatiempo deberá postergarse un año más.

La temporada de recogida de setas comienza con los días previos a la llegada del otoño, cuando las temperaturas bajan, pero no demasiado, y las primeras precipitaciones asoman por encima de nuestras cabezas. Y termina con las primeras jornadas de diciembre, cuando el termómetro comienza a caer en picado. Este año la temporada no empieza, ni tampoco termina, simplemente no hay campaña porque no hay especies que recoger o fotografiar. El presidente de la sociedad de aficionados a la micología en la ciudad, Manuel Ordax, califica de "horrible" el año de los cuerpos fructíferos.

La sociedad organiza cada año una exposición de los ejemplares recogidos pasado el puente de los santos. Este año, como ya ocurriera con el anterior, la muestra de setas ha sido suspendida porque el campo se encuentra literalmente "pelado". Las actividades de la agrupación se han reducido a cero y las salidas para coger hongos han resultado inútiles. "Este año las setas solo se podrán ve en los libros de micología", afirma resignado Manuel Ordax. El presidente considera que no solo no habrá setas este otoño, sino que algunos ejemplares invernales más resistentes no tendrán la posibilidad de brotar dadas las condiciones meteorológicas sufridas.

Las setas necesitan de un clima húmedo y temperaturas medias para crecer vigorosamente: "evitar las heladas con una temperatura de 10 grados durante la noche y 20 durante el día", explica el aficionado local. Si dicha situación se da Toro encuentra numerosos enclaves donde poder coger diferentes ejemplares. Los pinares son ricos en níscalos; la seta de cardo aparece en "los perdidos", tierras de labranza abandonadas; al pie de las encinas es otro de los lugares ideales donde encontrar hongos. El alfoz no presenta una especie oriunda que no se encuentre en otras ubicaciones de la península, Ordax señala que existiendo "humedad y temperatura" las diferentes especies de setas se dan en casi toda España. Manuel Ordax, presidente de la sociedad micológica en Toro.