Fue uno de los artistas más importantes de la provincia y su obra podrá ser admirada en una exposición permanente que acogerá el Alcázar de Toro, después de que la Fundación González Allende haya aceptado el legado artístico de Fernando Pascual. El presidente de la Fundación, José Navarro Talegón, recordó que Fernando Pascual nació en 1949 en Vezdemarbán y que pasó parte de su infancia en Toro, donde estudió en el colegio de los Padres Mercedarios. Sus inquietudes artísticas le llevaron a estudiar en Madrid, Palma de Mallorca o Sevilla, donde obtuvo la licenciatura en Bellas Artes, en la rama de escultura. Posteriormente, completó su formación artística en Salamanca donde se licenció en Bellas Artes, en la especialidad de pintura. Fernando Pascual compaginó su faceta artística con la docencia, ya que fue profesor en la Escuela de Artes y Oficios de Salamanca, ciudad en la que falleció en 2004. Destacó Navarro Talegón que el artista de Vezdemarbán fue "un gran trabajador" que exhibió sus obras en numerosas exposiciones individuales y colectivas, aunque también parte de su colección se puede admirar en museos e instituciones. Además, recibió numerosos premios y reconocimientos que "acreditan su cualificación como un gran artista".

Tras su muerte, sus bienes pasaron a ser propiedad de su compañero, Pedro Benito Álvaro, quien, durante una exposición de obras del artista en el palacio de la Salina de Salamanca, manifestó su deseo de que la colección no se disgregara y decidió ofrecerla a las tres ciudades a las que Fernando Pascual se sentía más vinculado, con el objetivo de "perpetuar su memoria".

La oferta de recibir este legado fue trasladada a Salamanca, Zamora y Toro aunque, tras estas primeras gestiones, Pedro Benito Álvaro falleció en 2007, sin poder cumplir su objetivo. Aunque no formalizó su deseo en testamento, sus siete hermanos decidieron respetar su voluntad y confirieron un poder a la profesora de Artes Plásticas de Madrid, María Pilar Soria Ruiz quien, junto a una gran amiga del artista, Gonzala García San Román, retomó las gestiones para que una de las tres ciudades recibiera las obras del artista.

Después de varios intentos, las gestiones no fructificaron en Salamanca y, aunque el Ayuntamiento de Zamora acogió la idea con "ilusión", el acuerdo no llegó a materializarse, al igual que en Toro donde el director de la Casa de Cultura, Alberto Vaquero, trasladó al Consistorio la posibilidad de aceptar la colección. A finales del pasado año, Navarro Talegón fue invitado a un concierto en Salamanca donde coincidió con Josefina Cuesta, Catedrática de Historia Contemporánea, quien le comentó los intentos infructuosos porque la colección de Fernando Pascual no se disgregara.

De inmediato, Navarro Talegón ofreció la posibilidad de que la Fundación González Allende aceptara el legado y trasladó esta intención al alcalde de Toro, Tomás del Bien, quien acogió la idea "con entusiasmo". En febrero, el patronato de la Fundación acordó aceptar el legado artístico de Fernando Pascual y asumir las obligaciones de exponerlo dignamente en Toro, de promover su conocimiento y de garantizar su conservación. Durante esta reunión, el patronato también adoptó el acuerdo de instar al Ayuntamiento a que cediera el uso de la crujía occidental del Alcázar para depositar en este espacio las obras del artista para su exposición permanente. Por su parte, la Fundación se ha comprometido a financiar las obras necesarias para sanear las humedades y las fisuras en las bóvedas detectadas en la crujía occidental del Alcázar y ha encargado al arquitecto Leocadio Peláez la redacción del proyecto, quien también participará en el montaje de la exposición, junto a Carlos Andrés Fernández artista que, en varias ocasiones, expuso con Fernando Pascual.

De todos estos acuerdos, Navarro Talegón dio cuenta a la apoderada y a una representante de la familia, Mª Ángeles de la Peña Benito, y se desplazó a la localidad burgalesa de Zuzones para cerrar la cesión.

Aunque en principio el legado estaba integrado por las 56 obras exhibidas en el palacio de la Salina finalmente la familia, en agradecimiento al compromiso de la Fundación González Allende, decidió ceder otras 40 obras más que se mostraron en la sala de exposiciones Santo Domingo de la Cruz de la Fundación Salamanca y algunas del depósito particular del artista y de su compañero. Las obras, entre las que se encuentran pinturas, grabados y algunas piezas de escultura, ya han sido trasladadas a Toro y, en pocos meses, serán expuestas en el Alcázar, colección que permitirá descubrir a un gran artista de indiscutible talento.