Los cazadores toresanos afrontan el inicio de la media veda, que comienza este martes 15 de agosto y termina el domingo 17 de septiembre, con miedo a encontrar el campo "muy pelado", tal y como afirma José Antonio Melgar, presidente de la Asociación de Cazadores de Toro. La codorniz, principal presa durante este periodo, se encuentra en un número muy bajo a consecuencia de la falta de lluvias y el pronto arado.

La sequía ha esquilmado el campo y los problemas de la agricultura se trasladan a la fauna. La Junta permitió a los agricultores retirar la paja y arar debido al mal año sufrido en los cultivos de la región. Los trabajadores del campo aprovecharon las lluvias de principio de julio para arar a vertedera, que es arado más profundo que se realiza para preparar los terrenos para una nueva siembre. Estos procesos han afectado directamente a los refugios de la caza menor, que es la que se permite durante esta media veda: codorniz, tórtola, urraca, zorro y conejo son las especies a batir. En este último caso, los cazadores toresanos solo podrán darle muerte en las zonas colindantes a la carretera de Pozoantiguo y Morales de Toro. Melgar afirma que esto afectará a otras especies como las perdices "que sin lugar donde refugiarse son carne de cañón para los depredadores".

No obstante, la sequía no es el único problema de la actividad cinegética. Los 164 cazadores toresanos afrontan un año más las costosas renovaciones de licencia. "Desde la administración cada vez nos ponen más trabas, los costes de los permisos no paran de subir", lamenta Melgar. El presidente de los cazadores señala que estas cuotas "afectan sobre todo a los más jóvenes, que disponen de menos medios para costearse los permisos necesarios". Melgar es consciente que la caza no goza de una gran afición entre las nuevas generaciones, por eso considera que las acciones de la administración "sañaden obstáculos para la creación de nuevas licencias".

Los cazadores del alfoz se sienten desatendidos por las instituciones públicas, consideran que los responsables públicos "deberían pararse a hablar con los responsables de los cotos". "No pido que se haga una reunión con todos los cotos, eso sería imposible", reflexiona Melgar, "pero sí que conozcan los problemas de las reservas más importantes de la comunidad". Desde la Asociación de Cazadores de Toro creen que esta medida tan sencilla serviría para "acercar posturas" y "obtener una serie de soluciones que contenten a ambas partes".

Labor medioambiental

El presidente de la Federación de Caza de Castilla y León, Santiago Iturmendi, destacó hace unos días la importancia de los cazadores en el "equilibro de los ecosistemas" en relación a las posturas que se oponen a la actividad cinegética. Melgar considera que esta faceta se olvida desde la administración, "que considera que lo único que queremos es caza por cazar". En esta misma línea, José Antonio Melgar señaló que los monteros también tienen "una responsabilidad con los agricultores, que nos aprietan por los destrozos que la fauna produce en sus cultivos".

Los jabalíes encabezan las quejas de la mayoría de agricultores de la comarca de Toro por los daños que sufren en sus cosechas. Desde las instituciones responsables de autorizar las monterías permiten cazar a este mamífero, pero solo en las zonas donde los cultivos han sido afectados. Los cazadores denuncian que al acotar unos polígonos determinados los animales dejan de transitar por los mismos al conocer el peligro y acuden a otras donde la caza está prohibida. "Nos encontramos atados de pies y manos", señala el presidente de los cazadores de Toro.

La Asociación de Cazadores de Toro han sido una de las últimas agrupaciones en unirse a la campaña del Ayuntamiento de la ciudad en defensa de Monte la Reina. No obstante, Melgar recuerda que la sociedad de cazadores lleva "peleando por esta cesión desde hace muchos años". "Hemos tenido reuniones con Defensa, con el Ayuntamiento de Toro, con este y el anterior Gobierno, y no han hecho ni caso", lamenta José Antonio Melgar.