El Ayuntamiento de Toro aplicará la ordenanza reguladora del servicio de limpieza y recogida de residuos urbanos e impondrá sanciones a aquellos vecinos que dejen restos de comida en la vía pública para alimentar a gatos y a otros animales. Así lo anunció el alcalde, Tomás del Bien, ante la denuncia pública realizada en el último pleno por un vecino sobre la práctica de dejar comida en diferentes lugares para alimentar, de forma especial a los gatos, lo que ocasiona que en esos puntos se refugien los animales, lo que puede derivar en problemas de salubridad. Además, este vecino cuestionó la falta de civismo de propietarios que no recogen los excrementos que sus perros depositan en las calles. Ante estas consideraciones, Del Bien aseguró que, en el último año, se han impuesto sanciones a dos vecinas por esparcir comida para gatos en la vía pública.

La ordenanza municipal citada especifica que está prohibido depositar en la calle agua y comida para animales, práctica que aparece tipificada como una infracción leve y que puede conllevar la imposición de una multa que oscila entre 200 y 750 euros. Por otra parte, el alcalde destacó que el Ayuntamiento tratará de concienciar a la población sobre la prohibición de dejar comida para animales en la vía pública y de fomentar otras iniciativas como adecuar "puntos controlados" en los que se pueda depositar pienso, lo que evitaría que los restos de alimentos queden esparcidos por el suelo o que los gatos se concentren en puntos determinados. En cuanto a la obligatoriedad de retirar los excrementos de los perros de las calles, el concejal de Limpieza, Samuel Bonis, aseguró que es más complicado imponer sanciones porque sería necesario sorprender a los propietarios en el momento preciso en el que no los recogen. Además, remarcó que la inmensa mayoría de dueños portan bolsas cuando sacan a pasear a los perros, pero si no son observados no recogen los excrementos. Por último, destacó que otro de los problemas detectados en el servicio es que algunos vecinos dejan las bolsas de basura junto a los contenedores, lo que provoca que, sobre todo los gatos, las rompan para buscar alimento y que los restos queden esparcidos por la vía pública.