"En Toro tenemos playa", afirmaban con cierta ironía algunos vecinos de la avenida Luis Rodríguez de Miguel y de la calle Corredera, vías que en la tarde de ayer volvieron a inundarse como consecuencia de la tromba de agua caída en la ciudad. La acumulación de agua en las inmediaciones de la rotonda de acceso a ambas calles, obligó a la Policía Local a cortar la entrada a Corredera, así como la calzada central y una de las vías de servicio de la avenida, en dirección a Valladolid, con el objetivo de evitar posibles incidentes.

Durante casi media hora, permaneció restringida la circulación de turismos y vehículos pesados en ambas vías hasta que los sumideros y registros de la red de alcantarillado pudieron absorber el agua acumulada y que, una vez más, quedó embalsada. Los más afectados fueron los vecinos y comerciantes de la zona que, en algunos casos, tuvieron que esperar a que el agua embalsada fuera tragada por las alcantarillas para poder acceder a sus hogares o centros de trabajo. Incluso, propietarios de algunos negocios de la zona, con fregonas y cepillos, tuvieron que evacuar el agua que se había filtrado a sus locales.

Aunque en la zona se han acometido diversas mejoras para evitar inundaciones, los vecinos remarcaron que, cada vez que llueve con fuerza, el agua queda embalsada, sin que hasta el momento se haya encontrado una solución eficaz a este problema. Como consecuencia de las fuertes lluvias registradas ayer en Toro en barrios como Capuchinos, San Antón o El Canto, también se formaron balsas de agua.