En el ecuador del mandato, Tomás del Bien ha realizado una valoración positiva de su gestión en la Alcaldía de la ciudad, a pesar del escaso apoyo de otras instituciones o de la oposición y de la situación económica del Ayuntamiento que ha heredado el equipo de Gobierno socialista.

-¿Qué balance hace de los dos primeros años de mandato?

-El balance es positivo y gratificante, aunque la situación del Ayuntamiento que hemos heredado no era fácil. Por suerte, con mucho esfuerzo y trabajo y, a pesar de las limitaciones de personal, hemos conseguido cosas que la gente te agradece por la calle.

-Lo mejor de estos dos años ha sido?

-Lo mejor ha sido poder vivir en primera persona un año histórico como el 2016. No solo por haberlo vivido, sino porque se ha realizado un gran esfuerzo y porque ha sido un logro absoluto de la ciudad cómo se han gestionado Las Edades del Hombre o los ciclos complementarios. Nunca la exposición ha estado tan arropada como en Toro. Esta vivencia ha sido la más emocionante.

-¿Y lo peor?

-Destacaría dos vertientes. Por un lado, la gente a la que no he podido ayudar porque un alcalde tiene las manos muy atadas aunque no lo parezca y, por otro lado, la oposición porque está siendo negativa y destructiva para la ciudad.

-Cuando se presentó como candidato prometió que sería alcalde las 24 horas del día y los siete días de la semana, ¿ha podido cumplir su compromiso?

-Creo que la gente es consciente de que mantengo ese ritmo de trabajo, porque me ven llegar el primero al Ayuntamiento y me voy el último. Los toresanos me han elegido para representar a la ciudad y soy consciente de que tengo que hacerlo todos los días. Es más, los fines de semana son más duros que el resto de los días porque se celebran muchos actos y porque queda pendiente trabajo que hay sacar adelante.

-¿En qué porcentaje se han materializado los proyectos de su programa electoral?

-Aproximadamente en un 50%. Es cierto que no era un programa de fuegos artificiales sino realista, en el que se valoraba arreglar una ducha o que el ciudadano pudiera comunicar que había una acera rota y ahora lo puede decir para que al día siguiente esté arreglada. El programa también valoraba que un ciudadano llamara a la puerta del alcalde y pudiera hablar con él o que fuera recibido al día siguiente y no tuviera esperar tres meses. Era un programa electoral, no de voluntad material sino de voluntad política y personal, y creo que se está cumpliendo, aunque para materializar la parte material tenemos que pensar que estamos solos. Los palos en las ruedas son continuos por parte de administraciones a un nivel superior.

-¿No ha encontrado apoyo en otras administraciones?

-El Gobierno no es que fulmine a Toro es que está fulminando a todas las entidades locales a las que está dejando sin recursos, porque las Leyes que aprueban Montoro o Rajoy están liquidando a los Ayuntamientos y se olvidan que son los que atienden a los ciudadanos. El trato con la Junta es más cordial, pero el apoyo se materializó en Las Edades del Hombre y no hay una gran implicación en el desarrollo de esta ciudad. La Diputación no asume que ha perdido la mayoría social de esta provincia y las decisiones que toma están perjudicando a Toro, a Benavente y a otros pueblos gobernados por otras siglas. La Diputación ha aprobado varias líneas de subvención y casi todas para pueblos menores de 5.000 habitantes. Solamente nos queda el Plan de Empleo y no hay que olvidar que no es una subvención propia, sino que se la da la Junta para que la reparta entre los municipios.

-La oposición le ha responsabilizado de no haber rentabilizado Las Edades del Hombre, ¿comparte esta opinión?

-No la comparto. Creo que el desgaste de la ciudad el año pasado fue absoluto. Se están haciendo gestiones que no se concretan de la noche a la mañana. Por ejemplo, la oficina de turismo se va a trasladar al Alcázar, un monumento de entidad que también acogerá una exposición de arte contemporáneo permanente o donde va a haber una sala dedicada a recepciones. Además, no podemos olvidar que Toro tuvo el año pasado una repercusión mediática valorada en casi un millón de euros, aunque obviamente no se pagó este dinero porque la comunicación turística se hizo de otro modo.

-¿En dos años, el PSOE ha conseguido revertir la situación económica del Ayuntamiento?

-Esperaba que la situación fuera mala, pero no me esperaba que el proveedor del cemento no nos sirviera, que el de los tornillos tampoco o que el que arregla los coches y camiones pidiera el dinero por adelantado. Hemos conseguido revertir esta situación, estamos intentando adaptarnos al plazo medio de pago a proveedores o no pagarle a algunos todo y a otros nada, sino equilibrar y pagar proporcionalmente a todos. También, se han renegociado préstamos, porque las hipotecas son largas, o se ha incrementado un 20% la recaudación y no porque se esté cobrando más sino porque se cobra a todo el mundo, ya que había gente que no pagaba y no pasaba nada.

-Uno de los proyectos más importantes de este mandato es la restauración del puente de piedra, ¿las obras se están ejecutando al ritmo esperado?

-Las obras van a buen ritmo. Se ha limpiado la plataforma, se están infiltrando las pilas y se ha pedido a la Confederación Hidrográfica del Duero el desbroce de los márgenes del río que están indecentes, aunque es otra entidad que no atiende los requerimientos. Las obras siguen adelante, pero a diario se producen actos de vandalismo, se rompen señales y, hay gente que accede a la obra, a pesar de que está prohibido el paso para evitar accidentes.

-Otro de sus objetivos es conseguir que Monte la Reina revierta al municipio, ¿se ha producido algún avance en la negociación con Defensa?

-Del Ministerio de Defensa todavía no hemos recibido una respuesta aunque hemos mandado una carta a la ministra para pedir una cita. Queremos un trato justo porque el monte es de la ciudad y no lo decimos nosotros sino que en el Ayuntamiento está la donación de María de Molina, fechada a finales del siglo XIII. Es verdad que Monte la Reina pasó a Defensa, pero creo que lo justo no es venderlo porque el Ministerio es de todos y si en su día fue de Toro, debería devolverlo porque no lo quiere para lucrarse sino para tener una posibilidad más de futuro y un elemento más de desarrollo. Vamos a luchar y tenemos muchos apoyos.

-El PSOE exigió en la oposición y con insistencia la reducción de la tasa del agua, ¿está previsto aplicar una rebaja?

-El tema del agua no es algo fácil, hay un contrato, una adjudicación y un problema que no era otro que el Ayuntamiento no contaba con juristas. Por fin ahora tenemos el cuerpo de técnicos completo y, después de un primer contacto con la empresa, los técnicos están revisando el proceso, cómo está el asunto y obviamente se están templando las actuaciones, porque las cosas se interpretaban de una manera, pero no tiene porque ser la correcta.

-¿Qué valoración hace de la oposición en estos dos años?

-Nefasta, no merece valoración y lo digo con dolor porque creo que, con independencia del papel que hiciera el PSOE en la oposición que quizá en ocasiones fue duro, como concejal de la oposición siempre he dialogado y siempre busqué entendimientos. Los políticos somos personas y en un pueblo como Toro convivimos todos de una manera muy cercana y molestan mucho ciertas actitudes. No obstante, creo que los ciudadanos son conscientes de que el concejal número 11 del Ayuntamiento cobra de la administración pública el doble que el alcalde . La oposición no quiere dialogar solo poner zancadillas y eso es muy triste.

-¿Volverá a ser el candidato del PSOE a la Alcaldía en las próximas elecciones?

-Quiero presentarme una vez más como candidato porque, aunque soy partidario de la limitación, no de la vida política, pero sí de los cargos, creo que en ocho años se pueden hacer cosas. Cuatro años son para poder plantear cosas y otros cuatro para desarrollarlas. Incluso sería partidario de seguir tres mandatos si no va a haber un cambio natural, pero una perpetuación de más de ocho o diez años es una locura, no por temas políticos, sino porque al ritmo al que estoy trabajando me quedaría renunciar a mi mujer, a mi hija y a mi profesión.