Cerca de 200 personas se reunieron en la fábrica de Embutidos Ballesteros para dar el último adiós a Elier Ballesteros Martínez. Hace algo más de seis meses Toro se levantaba con la triste noticia que verificaba que el dueño del imperio de embutidos había fallecido a causa de las heridas producidas en un accidente de tráfico cerca de la nave de facturación de su propiedad. Desde entonces, las muestras de cariño y pesar han sido multitudinarias, así como su entierro.

Al acto acudieron familiares, amigos, distinguidas figuras del sector alimentario y empleados. El evento estuvo dirigido por la periodista Carmen Ferreras, quien dedicó un panegírico al empresario toresano. En su loa, Ferreras comparó el sueño del nacido en Carbajales de Alba con el que un día tuvo Martin Luther King y solicitó que el Ayuntamiento de la Toro sopesara la necesidad de dedicarle una calle.

Uno de los momentos más emotivos fue cuando la hermana y la esposa del fenecido procedieron a revelar el busto creado por el escultor Juan Cantero. Con lágrimas en los ojos, ambas mujeres dedicaron caricias a la escultura, emoción que se extendió por los asistentes. Elier Ballesteros (hijo), imbuido de estos sentimientos, apenas pudo articular palabra tras la ceremonia, aunque sí consiguió agradecer la presencia de los asistentes y confesar lo muy "emocionado" que se sentía por la presencia de todas aquellas personas en el homenaje a su padre.

Los que conocían a Ballesteros lo definen como una persona enamorada de su tierra. Dentro del sector alimentario era conocido coloquialmente como el "embajador de Toro", sobrenombre acuñado por su competidor Vicente García, ya que desde hace más de treinta años la promoción de la ciudad era una de sus máximas en sus desplazamientos a ferias y eventos del gremio. Su hijo recuerda su ilusión por la llegada de Las Edades del Hombre a la localidad y cómo eran constantes sus invitaciones "a venir a nuestra ciudad", recuerda Elier Ballesteros (hijo). Asimismo, el fundador de Embutidos Ballesteros fue uno de los primeros que comenzó a promocionar el vino de la tierra, cuando todavía no gozaba del prestigio actual.

"Hombre valiente, hecho desde la nada, trabajador y buena persona", con estos apelativos define el actual dueño de la corporación a su padre. Ballesteros llegó hace 40 años a Toro ayudado por Juan José Ledesma, el que se puede considerar como su padrino en el ámbito profesional. Comenzó con una carnicería y un empleado. Actualmente la Sociedad Limitada que él fundó tiene 10 tiendas, dos franquicias fuera de la provincia (Salamanca y Valladolid), una fábrica de secado, 38 empleados y factura cinco millones de euros al año.

Sus más allegados siempre destacaban de él su carácter emprendedor. Aunque hace más de 10 años delegó en su hijo la dirección del negocio, nunca se alejó mucho del día a día de la empresa. Su visión de futuro fue uno de los rasgos a la hora de manejar su proyecto, consideraba la inversión como algo fundamental para avanzar sin miedo al gasto que podía acarrear. "No le asustaba ir a cualquier sitio a vender sus productos", señala Elier Ballesteros (hijo), subrayando su carácter incansable.

Elier Ballesteros Martínez nace en Carbajales de Alba nace el 18 de julio de 1941. En 1966 se casa con Esther Barba, con quien tiene tres hijos: Antonia, Esther y Elier. Monta su primer negocio en el Mercado de Abastos y ahí comienza su aventura hasta que en el año 2008 se culmina con el nacimiento de la nueva fábrica de secado, donde se llevó a cabo su homenaje.

"Haz bien y no mires a quién" era el ideal de vida que mantuvo Ballesteros hasta su defunción, asegura su hijo. "Que mi padre fue una buena persona no solo lo digo yo, sino que se vio en la enorme cantidad de muestras de cariño tras su fallecimiento", afirma el actual presidente de la CEOE de Toro.