Las calles de Toro se convirtieron ayer en el escenario perfecto para acoger el gran desfile infantil de carnaval en el que los más pequeños demostraron que, desde muy corta edad, saben disfrutar de unas fiestas muy arraigadas en el corazón de los toresanos. La plaza de San Francisco se convirtió un año más en el punto de encuentro de los niños que, con originales disfraces, encandilaron al público que volvió a sorprenderse con la capacidad que tienen los toresanos de trasladar el espectáculo a las calles y demostrar que han interiorizado a la perfección el papel que tienen que interpretar durante el carnaval. Aunque muchos temieron que la lluvia pudiera deslucir el espectáculo, finalmente tan solo hizo acto de presencia al inicio del desfile y las numerosas personas que se congregaron a lo largo de todo el recorrido pudieron vibrar con la originalidad y la imaginación que, un año más, derrocharon los más pequeños. Y es que, los niños volvieron a poner el listón muy alto a los adultos que hoy participarán en el desfile del martes de carnaval y demostraron que la cantera está asegurada por muchos años.

Niños y mayores vibraron ayer con el espectáculo ofrecido por las protagonistas a pequeña escala de la película "Las aventuras de Priscila", carreras de caballos y de veloces vehículos, una completa baraja de cartas, un valiente equipo de paracaidistas o un dragón chino. En el desfile, conocidos cuentos infantiles cobraron vida, al igual que divertidos cómics, los protagonistas de la serie de los Simpson, de "Los ángeles de Charlie", Pokemon, el poblado de los "Pitufos" o algunos de los personajes más populares de Walt Disney. La música también adquirió un protagonismo especial en este desfile de la mano de una gran orquesta o la "Tamborrada toresana", mientras que la magia la aportaron las teclas de una antigua máquina de escribir Olivetti.

En este desfile, el público también pudo conocer algunas tradiciones toresanas como la fuente de vino o admirar de cerca la venerada talla de la Virgen del Canto, patrona del alfoz. Animales como pequeños pollos, un pez y un pulpo, un ratón atrapado, vistosos pavos reales y hasta trofeos de caza, desfilaron ayer por las calles de Toro. Oficios casi desaparecidos como el de minero o el de carpintero de antiguas naves, fueron recuperados para el desfile infantil, en el que los más afortunados pudieron recuperar fuerzas en las instalaciones de un McDonald's o con sabrosas palomitas y divertirse con el juego del gusano, "Rubén tembleque".