Con buen humor y desparpajo fueron inaugurados ayer los carnavales de Toro con un pregón en el que "Las Supremas de Bardales", grupo integrado por Mª Ángeles Alonso, Domi Jorge y Victoria de Castro, demostraron que saben disfrutar de una fiesta muy arraigada en el corazón de los toresanos. Numerosos vecinos disfrutaron de una original parodia en la que las pregoneras, además de alabar las singularidades del carnaval, hicieron gala de una fina ironía. Así, Alonso y de Castro, mezcladas entre el público, adoptaron el papel de voluntarias de Las Edades del Hombre y, rasqueta en mano, simularon eliminar carteles de las paredes, mientras que su compañera esperaba sobre el escenario que terminaran su tarea para iniciar el pregón, ante la sorpresa del edil de Festejos, Juan Antonio Rodríguez, por la ausencia inesperada de dos de las pregoneras. Tras intercambiar mensajes de móvil, "Las Supremas de Bardales" se reunieron en el escenario y comenzó el esperado espectáculo.

En su alocución, las pregoneras destacaron que el carnaval sirve "para alegrarnos y dejar las penas a un lado, penas de las que andamos sobradas", en alusión "al paro, los impuestos o la crisis que es más larga que un año sin pan". Tampoco olvidaron mencionar otras "penas" como el coste de la energía eléctrica y criticaron que en Toro "hay calles por las que vas y ves menos que un gato de escayola". En este punto, subrayaron que, tanto el Gobierno local como el de España, "están para hacerles un traje a medida", labor que delegaron en "Los Peseteros" y "Vichy" que, como precisaron, "son buenos sastres y fijo que ponen pingando a todos". Alonso, Jorge y Castro analizaron a continuación las singularidades del carnaval y destacaron que el de Toro es especial por la gente que, desde hace meses, "trabaja con ilusión, haciendo trajes espectaculares y coreografías, escribiendo coplas, juntándose para ensayar y, de paso, comer un cacho".

Las Domingueras

No obstante, también reconocieron a aquellos que, preparan sus disfraces "a última hora" y que "hacen auténticas obras de arte improvisadas", a la vez que resaltaron que el espíritu carnavalero propio de los toresanos es "salir aunque se esté enfermo, aunque nieve o caiga una helada del copón". Del mismo modo remarcaron que el carnaval de Toro es sinónimo de "troncharse de risa" en el concurso de coplas, que el viernes de los 60 la ciudad parece el plató de "Cuéntame", no poder caminar por la Plaza Mayor el Domingo Gordo para disfrutar de las parodias, "pillar hueco" en los desfiles para "no perder detalle" o que "te haga más ilusión ser los novios de la boda que ser novia en tu propia boda".

El carnaval de Toro también es ver, al menos, dos pases de Las Domingueras o hacer de un entierro una fiesta y "cuando le estamos dando el último mordisco a la sardina, pensar en el disfraz del próximo año". En definitiva, como apuntaron, el carnaval de Toro es símbolo de "risas, amistad, alegría, ilusión, originalidad, comer mucho y beber aún más". Por último, pidieron a los toresanos que se sientan orgullosos de su carnaval, porque "es algo que no se puede imitar ni se puede comprar, aunque lo intenten en algunos sitios".

Tras el merecido aplauso con el que el público congregado en la carpa agradeció a las pregoneras su espectáculo, concejales del equipo de Gobierno entregaron a "Las Supremas de Bardales" una placa y un ramo de rosas. La diversión y la magia del carnaval dieron paso a la emoción cuando el concejal de Fiestas recordó a una de las fundadoras del grupo ya fallecida, Elisa, y un familiar recogió, entre lágrimas, otro ramo de flores.