La meteorología, como ya ocurriera el día de Santa Águeda, volvió a cebarse con las festividades toresanas y en este caso chafó las buenas disposiciones de los que se prestaban a celebrar el denominado "Día del Baúl".

Se trata de una "neotradición" instaurada hace apenas unos años, que se vio empañada por los chubascos que ayer cayeron sobre la capital del Alfoz.

No obstante, la lluvia no cesó el ánimo festivo de algunos vecinos, que se hicieron a las calles con los disfraces de carnavales pasados: único requisito del preludio carnavalesco.

Especialmente activos fueron las sempiternas peñas que han promovido esta nueva festividad: "Los Peseteros" y "Las Domingueras".

El buen ambiente desprendido por estos dos grupos animaron a otros paisanos de la ciudad a acercarse a la Plaza Mayor, donde amparándose entre los soportales. o a la intemperie los más valientes, se juntaron entre 50 y 70 personas ataviadas con disfraces.

Reabrir el armario

Posteriormente las dos peñas se fueron a sus respectivas cenas, donde ambas agrupaciones comieron y bebieron hasta bien entrada la noche, todo en una atmósfera jovial y cargada de alegría .

El "Día del Baúl" es el heraldo que anuncia la llegada del carnaval, que como dijera el Alcalde, Tomás del Bien, en la recepción de la ciudad hermana de Toro (Colombia), "es uno de los más importantes de toda Castilla y León". El nombre de este reciente evento parte de la idea de reabrir los armarios (el baúl) para recuperar el disfraz del año anterior y así abrir boca para los días grandes de la festividad pagana.

Este año, el Carnaval toresano abarcará seis días, desde el 24 de febrero al 1 de marzo, con actuaciones y eventos para todas las edades: desde los más pequeños, hasta los más grandes, pasando hasta por las mascotas.