De nuevo el turismo se yergue como uno de los pilares fundamentales que sostienen la economía en la ciudad de Toro. La visita de los motoristas de Motauros concentrados en Tordesillas trae consigo buenas sensaciones en el comercio Toresano, más específicamente en la hostelería.

A la espera de cifras oficiales, las estimaciones de los comerciantes y organizadores del evento calculan en más de 5.000 los asistentes a la celebración del sábado por la mañana en la Plaza Mayor de la localidad zamorana. Y a pesar de que estas excursiones suelen ser en su mayoría de ida y vuelta, los hoteles de la ciudad han visto ocupadas el 60% de sus habitaciones durante la visita de los apasionados de las dos ruedas, según informa Soraya Chiches, presidenta de la Agrupación de Hosteleros de Toro. Asimismo, los bares y tabernas de la Plaza Mayor vieron aumentar su rendimiento exponencialmente durante la mañana del 21. Incluso algunos, previsores de cómo se suele suceder el evento, habían contratado personal extra para este día en cuestión.

En un primer momento, la parsimonia de las primeras horas de la mañana hizo pensar lo peor a los comerciantes locales. No obstante, aunque se hicieron de rogar, los motoristas acudieron a la Plaza Mayor con una afluencia similar a la de años pasados. "Pingüinos siempre resta, porque son dos eventos muy seguidos, pero la valoración que hacemos desde la agrupación es muy positiva", asevera Chiches.

Los primeros meses del año siempre son una especie de desierto turístico para toda la provincia zamorana, que espera a su famosa Semana Santa para dar el pistoletazo de salida a una nueva temporada. En este 2017, Toro y sus empresarios tienen puestas todas sus esperanzas, se espera que el influjo de las Edades del Hombre haya dejado un poso que aumente la afluencia de público respecto a otros años normales.