No hay Navidades sin villancicos. Los villancicos son a las navidades como la capa de Ramón García al 31 de diciembre. "Campana sobre campana", "Los Peces en el río", "Noche de Paz" y "El Tamborilero" de Raphael. Ese momento en el que la abuela, que lleva toda la Nochebuena hiperactiva sirviendo comida, para un momento para escuchar a Raphael, el eterno.

Toro, que estas fiestas no se está perdiendo una sola tradición navideña no iba a ser menos.

Durante los últimos tres días en la sede de la asociación "Las Bambalinas", ubicada en ese intrincado laberinto de fríos pasillos que es el Palacio de los Condes de Requena, los cantos al son de la zambomba y la pandereta han sido protagonistas.

La agrupación toresana, siempre centrada en los más pequeños de nuestra tierra, realiza un taller de villancicos tradicionales para socios y no socios. Lamentablemente, por problemas de espacio el número de participantes rara vez puede superar la veintena. Durante la mañana de ayer, las estrofas más conocidas -"y beben y beben y vuelven a beber"- ya se oían casi desde el rellano del histórico edificio. Al acercarnos a la sede contemplamos una pequeña habitación donde no habría más de 20 personas entre madres, padres e hijos.

El profesor, al lado de una pizarra donde estaban escritos los títulos de los villancicos a interpretar, daba instrucciones y marcaba el ritmo. Los más jóvenes, obnubilados con las sonajas metálicas de las panderetas, estaban más interesados en arrear los instrumentos que en vocalizar las letras. No obstante, los progenitores ya encargaban de mediar entre ellos y el potente ruido del atávico instrumento.

Durante la mañana de hoy se impartirá la última jornada del taller con una sorpresa final todavía por desvelar. Junto a los miembros de la asociación "Bambalinas" ha estado colaborando la Asociación Etnográfica Tierra de Toro para dotar el carácter académico de la actividad.

El taller es gratuito para socios de "Bambalinas" y con un coste de un euro para el resto. La actividad se enmarca en el programa de fiestas que cuenta con el beneplácito y el apoyo del Ayuntamiento de Toro. Es de destacar la atmósfera de alegría y armonía que reina durante el desarrollo de las actividades progradas con motivo del taller de Villancicos.