La junta agropecuaria local ha invertido cerca de 600.000 euros en la rehabilitación parcial de su sede, un antiguo edificio situado en la Plaza Mayor y que, en el siglo XIX, fue el centro de la actividad social de la ciudad y el lugar en el que se solucionaban problemas de lindes o entre vecinos. Precisamente, ese carácter social y lúdico es el que pretende recuperar la entidad con la restauración de este emblemático inmueble, una vez que, a falta de pequeños remates, haya finalizado la segunda fase de rehabilitación. El presidente de la junta agropecuaria, Bernardo Caballero, reconoció que las últimas obras ejecutadas han consistido en consolidar la estructura del salón de actos, que contará con un escenario y una grada, para lo que ha sido necesario "vaciar" la tercera planta del edificio que se ha incorporado al citado salón, a través de un conjunto de arcos de grandes dimensiones. En esta fase, también se ha recuperado una antigua galería de madera que, en un futuro, puede tener múltiples usos.

El siguiente paso contemplado en el proyecto de restauración es dignificar el interior, aunque también incluye una intervención centrada en desplazar la escalera de acceso y habilitar un ascensor que conectará las tres plantas. Reconoció Caballero que, en un futuro y una vez finalizada la restauración, el edificio puede tener múltiples usos ya que, al margen de los eventos o reuniones que organice la junta agropecuaria local, está previsto suscribir acuerdos con entidades como el Ayuntamiento para que pueda utilizar dependencias como el gran salón para celebrar distintos eventos, ya que, como precisó, "siempre hemos tenido la intención de que no fuera un coto privado sino que de la edificación puedan disfrutar todos los toresanos".

Del mismo modo, el órgano agropecuario estudiará la posibilidad de cerrar "acuerdos puntuales" con empresarios para que la sede pueda ser utilizada para la celebración de eventos o reuniones privadas. En este punto, Caballero precisó que la entidad que preside ha realizado un gran esfuerzo económico para poder ejecutar el proyecto de rehabilitación, obras que han sido sufragadas con fondos propios obtenidos, por ejemplo, con la subasta de parcelas de su propiedad y que han dejado vacías las arcas de la junta agropecuaria.

Por este motivo, se estudiarán diferentes opciones para tratar de captar ingresos como cerrar posibles acuerdos puntuales con empresas privadas o el alquiler de los locales situados en la planta baja que también han sido acondicionados y que están a disposición de todos aquellos que quieran desarrollar en ellos su actividad. En total, la junta agropecuaria poseía tres locales que, tras las obras, se han unificado en uno solo que ocupa cerca de 300 metros cuadrados y que puede ser subdivido para albergar dos negocios. En este punto, Caballero destacó que estos locales pueden tener diferentes usos con la ventaja de que cuentan con otro acceso desde la calle San Lorenzo para llevar a cabo las labores de "intendencia" y junto a la entrada se habilitará un ascensor que conecta la antigua bodega subterránea con todo el edificio.

El alcalde de Toro, Tomás del Bien, y la concejala de Economía, Ángeles Medina, visitaron ayer las obras ejecutadas en el antiguo inmueble y reconocieron el "esfuerzo sublime" realizado por la junta agropecuaria para mantenerlo, cuando lo más fácil hubiera sido proceder a su demolición y construir una nueva sede.

En este punto, Del Bien destacó que para culminar el proyecto "es responsabilidad de todos arrimar el hombro", en alusión a instituciones públicas y entidades privadas, porque el edificio "es básico en la configuración de la Plaza Mayor y del casco histórico de Toro", y una muestra muy importante de la arquitectura popular, de la que apenas quedan testimonios en la ciudad.

El Ayuntamiento, como anunció el alcalde, habilitará en los presupuestos del próximo ejercicio una partida para colaborar con la junta agropecuaria en la consecución del proyecto, porque "ha hecho un esfuerzo titánico y es una asociación más de las que vertebran la sociedad de Toro". Del mismo modo, aseguró que se estudiará la posibilidad de establecer "líneas de colaboración" para, en la medida de las posibilidades económicas del Consistorio, "podamos finiquitar, al menos, espacios comunes que puedan tener usos públicos y privados de los que podrán disfrutar los ciudadanos".

De hecho, como apuntó Del Bien, la sede de la junta agropecuaria es un edificio emblemático en torno al que existe "una memoria colectiva amplísima" porque, hace años, fue un lugar de encuentro para muchos toresanos, de ahí la importancia de que pueda ser recuperado en su totalidad. Uno de los atractivos del inmueble, además del salón o de la galería de madera, es la bodega subterránea que fue restaurada hace años y que la junta agropecuaria cedió, durante 15 años, al Consejo Regulador para su explotación como recurso enoturístico y centro de información sobre la Denominación de Origen Toro.

Además, una vez concluida la rehabilitación, el órgano agropecuario tiene previsto crear en una de sus estancias un museo dedicado a los orígenes y la historia de la entidad. Para llevar a cabo este proyecto, ha puesto en marcha un arduo trabajo de investigación que ha permitido llegar a la conclusión de que el "germen" de la actual junta agropecuaria local fue la asociación de josas y viñedos, a la que siguieron otras agrupaciones como la hermandad de labradores y ganaderos y la extinta cámara agraria local. Para el futuro museo sobre la historia de la entidad, algunos vecinos ya han ofrecido documentos o trajes de los antiguos guardas rurales que trabajaron para la hermandad sindical de labradores y ganaderos.