Mañana de un sábado de noviembre, 3 grados de temperatura y veinteañeros. No, no se trata de una fiesta de facultad que se ha alargado demasiado, sino del viaje educativo sobre rehabilitación, mantenimiento y recuperación de edificios en la ciudad de Toro que organiza el máster homónimo de la Universidad Alfonso X el Sabio. Una decena de estudiantes de este posgrado se acercaron ayer al municipio zamorano para aprender sobre la técnica de la rehabilitación en algunas de las edificaciones históricas de la localidad.

Gran parte de la culpa de este desplazamiento la tiene Javier Vila, profesor en el máster y toresano. Vila confiesa sin rubor que la elección de Toro para este viaje lectivo es debido a que él es de aquí. Suya también es la iglesia de San Agustín donde tiene comienzo la jornada con las conferencias de Claudio Pedrero (arquitecto autor del Plan Director de la Colegiata de Toro y Plan Director de Actuaciones sobre el Puente Medieval sobre el Duero) y Pedro Lucas del Teso (arquitecto director de la obra de la Rehabilitación de la Plaza de Toros de Toro y Rehabilitación de la Bodega de la Hermandad de Labradores de Toro, Siglo XVII-XVIII). Durante las dos horas que duran sendas charlas palabras como tomografías, geofísica, georradar, mapa geológico, bóveda, ábside, fachada, plan director o revalorizar pululan constantemente en el discurso de ambos ponentes.

Tras esta iniciación teórica llega la hora de ponerse en marcha, un apretado itinerario espera. No deja de ser chocante, a pesar de que sobre gustos no hay nada escrito, ver a recién graduados acelerados por acercarse a una grieta, tocar una pared de la iglesia de San Agustín o deleitarse con la cerradura del Alcázar. Y es exactamente la antigua penitenciaria la que se muestra como primera parada en el programa de los futuros rehabilitadores. Vila toma la palabra y comienza a hablar de las vicisitudes que conforman la historia de la fortaleza, apoyándose de vez en cuando en Claudio Pedrero, quien da los últimos conceptos técnicos sobre el detalle sobre el que en ese momento se centra la atención de los visitantes.

El mediodía se acerca y las etapas arquitectónicas se van sucediendo: el puente de piedra, la Colegiata (con explicaciones sobre el Pórtico de la Gloria), la bodega restaurada del edificio de la Hermandad de Labradores de Toro y la plaza de toros son los lugares a visitar antes de la hora de la comida. "Alucinante. Es una gran oportunidad", así define la visita una de las estudiantes del máster de la universidad madrileña.

Parece que la rehabilitación de viejos edificios está cobrando fuerza entre las titulaciones relacionadas con la construcción, en parte debido a que "en España ya no se construye nada", tal y como lamenta un graduado en arquitectura técnica. No obstante, el mundo de la restauración tampoco está para tirar cohetes, pues como explica otro joven "depende en gran medida de la administración pública al tratarse de edificios en muchos casos históricos".

Por la tarde estudiantes y profesores regresan a la iglesia de San Agustín para una sesión teórica sobre la rehabilitación del propio templo. Para finalizar, la última visita se reserva para el Espacio Di Vino, donde los titulados despiden el viaje antes de su regreso a Madrid. Tras de sí dejan Toro, su arquitectura y una pregunta que ha bullido durante todo el día: ¿cómo es que Javier tiene una iglesia?