La Denominación de Origen Toro ha alcanzado durante la campaña de vendimia que acaba de concluir un nuevo récord de producción, al superar los 23 millones de kilos de uva, un 29,65% más que el pasado año cuando se recolectaron 17,7 millones de kilos. Las 61 bodegas controladas por los veedores del Consejo Regulador han recibido y procesado un total de 23.042.709 kilos y el 92% del fruto entregado en los lagares se corresponde con uvas de la variedad autóctona, la tinta de Toro. Por variedades, durante la última campaña de vendimia, los viticultores y bodegas han recolectado 21.076.201 kilos de tinta de Toro, mientras que de la otra variedad tinta autorizada para la elaboración de vinos amparados por el sello de calidad, garnacha, se han recolectado un total de 365.955 kilos. En cuanto a las variedades blancas, de malvasía se han entregado en las bodegas 1.031.317 kilos, mientras que la producción de verdejo ha alcanzado los 569.416 kilos.

Además del récord de producción, la última campaña de vendimia se ha caracterizado por su duración y por ser una de las más largas de los últimos años, ya que comenzó el pasado 8 de septiembre con la recolección de uvas de las variedades blancas malvasía y verdejo y se ha prolongado casi dos meses. El director técnico del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Toro, Santiago Castro, destacó la calidad del fruto recolectado, así como su óptima sanidad, ya que a pesar de las lluvias registradas durante la campaña de vendimia, los viñedos no han presentado síntomas de enfermedades fúngicas.

Sobre los primeros mostos, Castro apuntó que "presentan elevados índices de coloración y un grado alcohólico moderado", por lo que las primeras previsiones apuntan a que los vinos resultantes pueden ser "aptos" para la crianza y en la nueva añada se podrán apreciar aromas y matices de fruta fresca.

Asimismo el director técnico del órgano vinícola destacó otras particularidades de la nueva añada como que el ciclo vegetativo ha estado marcado por una pluviometría de 278 mm, la ausencia de heladas en la fase de parada vegetativa o las altas temperaturas estivales, tanto las diurnas como las nocturnas. Por último, resaltó que el 65% de las bodegas amparadas por el marchamo de calidad toresano siguen realizando la vendimia de manera manual, vertiendo el fruto en pequeñas cajas de plástico para realizar posteriormente una selección en la mesa, singularidad que contribuye a preservar la máxima calidad de los racimos.