Sábado 29 de octubre de 2016. Esa fecha quedará para siempre ligada a Toro así como a su historia y tradición cultural ya que ayer se celebró en la iglesia del Amor de Dios de la ciudad el concierto que ofreció una de las grandes corales del panorama nacional e internacional, el Orfeón Donostiarra.

Un evento cultural de gran importancia para la ciudad como refrendaba el aspecto del templo toresano para un concierto cuyas entradas se habían agotado hacía días. Los asistentes pudieron disfrutar de la interpretación de una de las grandes piezas de la historia de la música como es el Requiem de Brahms interpretado por una agrupación coral de talla mundial.

Este recital contó con la presencia de autoridades locales y provinciales tales como el alcalde de Toro, Tomás del Bien o el vicepresidente segundo de la Diputación de Zamora, José Luis Prieto. El espectáculo también contaba el patrocinio de la Fundación Villalar así como la colaboración de la Fundación González Allende y la Asociación Amigos Toro 2016 en la que se integran numerosos colectivos, comerciantes y hosteleros de la ciudad, impulsores de la gran mayoría de actividades que se han desarrollado en Toro desde la inauguración de las Edades del Hombre "AQVA". Una cita con motivo de la cual el Ayuntamiento de la ciudad ha organizado un programa cultural en el que se engloba este concierto.

Además, dicho evento contó también con la presencia de representantes del mundo de la cultura como fue el caso de la mezzosoprano Teresa Berganza, a la que se rindió homenaje durante la velada. La artista destacó que "a Toro, que tiene una gran tradición artística y cultural, no le podía faltar la música a este nivel. Me parece maravilloso". La profesional quiso arropar al Orfeón Donostiarra "al que le guarda un gran cariño" y a su hija, la soprano Cecilia Lavilla, quien actuó junto a la formación coral y a la que acompaña en gran parte de sus recitales. De ella resaltó "su enorme talento que me hace disfrutar muchísimo. Es un orgullo para mí que haya seguido mis pasos".

En cuanto a lo estrictamente musical, la interpretación del Requiem de Brahms por parte del orfeón permitió disfrutar a los asistentes de una obra histórica que resaltó su belleza a través de las voces de la agrupación coral así como en las gargantas de Cecilia Lavilla y el barítono Luis Santana. Ambos artistas fueron los encargados de entonar las partes de la obra destinadas a las voces de soprano y barítono, respectivamente

El estuvo dirigido por el director del Orfeón, José Antonio Sainz Alfaro, quien mostró su virtuosismo para comandar la interpretación de un recital que se realizó al igual que en la composición original de Johannes Brahms. El compositor alemán creó esta obra para ser interpretada con un piano a cuatro manos, una responsabilidad que en esta ocasión recayó en los virtuosos Patxi Aizpiri y Xabier Lizaso.

El Requiem de Brahms es una de las grandes obras de las historia de la música creada a través de textos religiosos sobre la vida y la muerte. Una pieza de gran calado en la temática sacra musical que sirvió para rendir homenaje a una de las exposiciones de arte sacro de mayor calado internacional como es el caso de las Edades del Hombre. Una composición para soprano, barítono, coro y orquesta donde la emotividad estuvo presente a lo largo de todo el concierto gracias a las voces de una agrupación coral que se convirtió en una única voz para transmitir un repertorio religioso e histórico que despertó la emoción en los espectadores.

En definitiva, una noche mágica y especial donde la presencia del Orfeón Donostiarra en la iglesia del Amor de Dios permitió a la ciudad vivir una cita cargada de emociones y que quedará para siempre en el recuerdo, en la historia de Toro.