El vicepresidente de la Junta de Castilla y León y consejero de la Presidencia, José Antonio de Santiago-Juárez, ha garantizado hoy la supervivencia de los 2.248 municipios de la región, tras la aplicación de la reordenación del territorio, aunque ha reconocido que no será “el bálsamo de Fierabrás”.

De Santiago-Juárez ha expuesto en Toro, ante la Federación Regional de Municipios y Provincias (FRMP), el trabajo desarrollado en los últimos cuatro años para impulsar una reordenación del territorio “acorde al siglo XXI” y que sustituya a la que se aplica desde hace más de dos siglos. En este punto, remarcó que esta iniciativa pretende, por un lado garantizar servicios básicos como la educación, la sanidad o la atención a personas dependientes que presta la Junta en su territorio y por otro que los municipios de Castilla y León “sean más fuertes”.

Así, matizó que de los 2.248 pueblos de la región, el 70% cuentan con una población inferior a 500 habitantes por lo que, a su juicio, la única manera para que puedan ofrecer mejores servicios es agrupándose con el fin mejorar la calidad de vida a sus vecinos. Por otra parte, remarcó que la ordenación del territorio no se limita a ser un “conjunto de mapas” y matizó que, en la recta final de la tramitación del proyecto, ya ha sido aprobada la ley de ordenación que es el “pilar básico de este puzle”, una ley que ordena los municipios de más de 20.000 habitantes y su alfoz en los que residen alrededor de 1,6 millones de personas, por lo que tan solo resta ordenar el medio rural que aglutina a cerca de 900.000 personas.

Una vez que culmine este proceso, según De Santiago-Juárez, Castilla y León contará con 193 unidades básicas de ordenación, pero en ningún caso serán suprimidos municipios de menos de 1.000 habitantes, como han planteado algunas fuerzas políticas, porque “aunque se suprima el rótulo, el ciudadano va a seguir viviendo allí y hay que seguir prestando servicios”. Por su parte, el presidente de la FRMP y alcalde de Palencia, Alfonso Polanco, destacó que, con la reordenación que pretende aprobar la Junta, “los municipios pueden estar tranquilos”, porque, en un futuro, tendrán más “fuerza” y podrán adherirse a “mecanismos de gestión de los servicios públicos de manera más eficiente, más barata y de mayor calidad”.