El retraso acumulado en la formalización de la operación de compra ya fue advertido por una entidad bancaria que remitió al juez un escrito en el que recordaba que el pasado mes de enero se autorizó la enajenación directa de las antiguas instalaciones de Pevafersa a la mercantil Grafen Bull, enajenación que incluía inmuebles y maquinaria. En marzo y como paso previo a la escritura de la operación ante fedatario público, por auto judicial se autorizó que la sociedad instrumental IP Photo Bull formalizara la operación.

Meses después, la entidad bancaria alertó al juzgado de que la demora acumulada en el cierre de la operación no solo perjudicaba a sus intereses económicos y del resto de acreedores de la antigua Pevafersa, sino que también resaltaba sus fundadas sospechas sobre que la sociedad adjudicataria o la instrumental no cuenten con la liquidez suficiente para afrontar una operación de tal envergadura. Por estos motivos, exigía a la autoridad judicial que requiriera a las mercantiles que presentaran un aval que cubriera, al menos, el 10% de la oferta aprobada y que en el plazo improrrogable de dos meses se formalizara la operación o, en caso contrario, se acordara dejar sin efecto la autorización para la enajenación directa de los bienes de Pevafersa.