Encerrado entre una vaca grande y otra pequeña. Ese fue el momento donde Víctor Holgado, en un espectáculo taurino en Tiedra, tuvo que vencer al miedo para sortear a ambas de manera instintiva mediante un quiebro. Un gesto habitual en muchos festejos que, sin embargo, en su caso despertó una pasión por el corte y el mundo del toro que le había inculcado inicialmente su primo Juan Pablo.

A raíz de esa situación, comenzó el modelaje de una de las grandes figuras del mundo del corte que ha tenido una exitosa y prolongada trayectoria. Una carrera en la que ha sido capaz de generar cada tarde la admiración y el cariño de un público que esta temporada despide a un recortador que destacó siempre por transmitir "la templanza, la pureza y la verdad del corte" en cada una de sus actuaciones. El enfrentamiento directo con el toro "es una sensación entre el miedo y el disfrute donde consigues superar tu propio temor. Lo más bonito reside en dominar al animal. Es una situación que genera un momento que no se puede explicar con palabras; es mágico".

Su adiós del mundo del corte llega tras 16 años de trayectoria donde la principal razón que le ha llevado a poner el punto y final a la misma "ha sido principalmente el tiempo. Llevo toda mi carrera a un nivel muy alto y creo que es difícil mantenerse ahí arriba siempre. El nivel de la competición está muy fuerte y lo que yo he conseguido estos años no quería estropearlo a pesar de que física y mentalmente estoy bien y podría seguir dando guerra".

Aun así, Holgado asegura que la familia es otra de las razones por las que también ha decidido que era el momento oportuno para ello. "Mi madre ha sufrido mucho y los planes de futuro que tengo con mi pareja (tiene previsto casarse el próximo año) te frenan a la hora de jugarte la vida a lo loco. La llamada a casa tras una cogida es una de las situaciones más difíciles para un recortador".

La decisión, como asegura Víctor Holgado, "ha sido un momento muy duro que todavía no tengo asimilado del todo. Cuando empiece la temporada el próximo año va a ser complicado aceptar que el mundo del toro no está en mi vida como lo había estado estos años atrás. Lo mejor para mí a lo largo de mi carrera son las amistades de verdad que he hecho así como los lugares que he conocido los cuales, si no hubiera sido por el mundo del toro, seguramente no habría descubierto".

El adiós del recortador de Vezdemarbán de las plazas ha estado marcado por homenajes en diversos cosos taurinos como Toro, San Miguel de la Ribera o Villalpando donde se hizo con el triunfo. Un tributo a su persona y su trayectoria que, como explica el maestro, "ha sido una temporada bonita donde he disfrutado mucho de la admiración y el cariño de la gente. Estos años atrás percibía ese aprecio pero en este año de mi despedida te das cuenta realmente del afecto del público y la cantidad de personas que te quieren de verdad".

Homenajes como el que también se le ha realizado en una de las grandes plazas del corte, Medina del Campo, "una de las plazas con las que más he soñado y he disfrutado. Cuando empecé, era lo máximo. Para mí, lo más importante era ganar allí. Lo intente en mis mejores años sin éxito aunque tuve la suerte de triunfar en 2008 y 2010".

Para Víctor Holgado "el balance es 100% positivo aunque creo que lo más difícil ha sido mantener la regularidad que he tenido. Cuando empecé, pegarme con los mejores y vencerlos era un motivo de satisfacción al igual que ahora donde alguna tarde he logrado el triunfo a pesar del gran alto nivel existente".

En sus inicios compartió tardes de competición con recortadores de la talla de Javier Calleja, Rafael Gordo o Jaime y Luismi de El Cubo del Vino. Figuras a las que un joven Víctor admiraba y de las que aprendió hasta llegar a derrotarlas "gracias a sus enseñanzas de corazón durante los certámenes. Les estaré eternamente agradecido".

Unas victorias de las que debe mucho a la Virgen de la Cuesta de Vezdemarbán a la que rinde una fervorosa devoción. Un municipio zamorano cuyo nombre al igual que el de la provincia ha sido paseado por Holgado en multitud de plazas de la geografía española y de otros países como Francia "con orgullo. Es algo que he llevado por bandera y siempre defenderé".

En cuanto a la evolución del mundo del recorte, el estilo del mismo ha ido variando de uno más clásico a otro más orientado al espectáculo. Un cambio que para Víctor Holgado "en la actualidad ya no hay tanta pureza ni tanta verdad. Ahora es más un espectáculo. De cara al público quizá guste más porque hay más riesgo y tiene un punto de locura. Un estilo que es lo que se está demandando y los recortadores dan lo que el espectador quiere".

La profesión de recortador tiene para Holgado uno de sus grandes problemas en "la falta de unión y compañerismo fuera del ruedo". En este sentido, el recortador zamorano incide en que la razón de que esta no este valorada económicamente se debe a que "nosotros no nos hemos hecho valorar. Nos han tratado como marionetas por la falta de unión y hemos tenido lo que nos hemos merecido. Si entre nosotros no nos respetamos, cómo lo va a hacer un empresario".

El montante económico es uno de los principales problemas actuales ya que en la gran parte de certámenes no se superan los 600 euros para el ganador. Una situación que unida a la escasa remuneración de las dietas, que se sitúan en torno a los 150 euros, hace que, como explica Holgado, "muchas veces te juegues la vida gratis o poniendo dinero sino triunfas".

El fallo del Tribunal Constitucional sobre las corridas de toros en Cataluña opina que "ha hecho justicia ya que la Monumental es una plaza de toros y la afición catalana merece disfrutarla".

Es la visión de un recortador que quedará para siempre ligado a la historia de la tauromaquia como una de sus más grandes figuras. Un profesional que verá la próxima campaña desde la barrera donde, a pesar de no revivir las sensaciones del corte, disfrutará del espectáculo al igual que de su familia y la caza con galgo, otra de las pasiones de un cortador de leyenda.