En momentos duros, las muestras de cariño alivian el dolor y reconfortan. Y uno de estos gestos ha emocionado a la familia de Elier Ballesteros Martín, empresario toresano fallecido el pasado mes de septiembre, a los 75 años de edad, tras sufrir un accidente de tráfico. El industrial toresano ha recibido en Zaragoza un homenaje póstumo de la organización de la Feria que, como cada año y con motivo de las fiestas del Pilar, abre sus puertas para mostrar al público, en sus diferentes pabellones y a través de 450 expositores, una amplia variedad de productos de alimentación, bebidas, artesanía, muebles o vehículos, al margen de una oferta lúdica y deportiva pensada para familias, niños y jóvenes.

Desde el año 1986, el empresario toresano acudía a este certamen después de que, en una visita realizada un año antes junto a unos familiares, se percatara de la oportunidad de negocio y de que los productos de su empresa podían tener una buena acogida entre las miles de personas que recorren la Feria durante las fiestas del Pilar. Su presencia en este gran escaparate no pasó desapercibida para los visitantes que, anualmente, acuden a este certamen y, con el paso del tiempo, los clientes se convirtieron en amigos con los que compartía experiencias o consejos y a los que, como gran "embajador" de Toro, "vendía" los encantos de la ciudad, sus monumentos, sus embutidos o sus vinos. Durante tres décadas, Elier Ballesteros acudió de forma ininterrumpida a esta feria en la que se reencontraba con fieles clientes y grandes amigos que este año, tras conocer el fatal desenlace del accidente sufrido por el industrial, no escondían sus lágrimas y su dolor apenados por tan inesperada pérdida.

El cariño profesado por los clientes y, sobre todo, su incansable trabajo para posicionar a su empresa como una de las más importantes del sector a nivel nacional, no pasaron desapercibidos para la dirección de la Feria Internacional de Zaragoza que, en su 75º aniversario, ha rendido un homenaje póstumo al empresario toresano. Durante el acto de inauguración de la Feria tuvo lugar este homenaje en el que su presidente, Manuel Teruel, entregó una placa conmemorativa al hijo del industrial, Elier Ballesteros Barba, quien, emocionado, agradeció este gesto de cariño y este reconocimiento a un hombre ejemplar que, con esfuerzo y trabajo, consiguió fundar una gran empresa. Tras recibir la placa, Ballesteros Barba también firmó en el libro de honor de la Feria en el que, como si de un cuento se tratara, relató que hace 30 años su padre desembarcó por primera vez en este certamen y que su legado continuará durante muchos años más, gracias a la gran familia de Embutidos Ballesteros.

Para Ballesteros Barba, este reconocimiento ha sido "muy emotivo" sobre todo por el hecho de que haya tenido lugar en una ciudad, Zaragoza, situada a muchos kilómetros de Toro, pero que durante tres décadas acogió en su Feria a su padre, un empresario ejemplar que ha dejado una profunda huella entre todos aquellos que tuvieron la suerte de conocerlo.

Por su parte, la dirección de la Feria decidió rendir este homenaje al industrial toresano porque "ha sido una de las presencias más relevantes del pabellón gastronómico", aunque también ha reconocido a Ricardo Clemente-Alloza, coordinador del certamen durante muchos años y que también ha fallecido recientemente. En este mismo acto, también se rindió un homenaje a la Guardia Civil, la Policía Nacional y la Policía Local de Zaragoza por su profesionalidad y por garantizar la seguridad de los ciudadanos y de la propia Feria.

Elier Ballesteros falleció el pasado mes de septiembre, tras sufrir un accidente de tráfico a la altura de la fábrica de su propiedad en Toro, en la carretera N-122. Su muerte generó una profunda tristeza entre sus vecinos con los que, en tantas ocasiones, había compartido sueños y experiencias. Su valía y su apuesta decidida por la provincia, fue reconocida en el año 2014 cuando la Cámara de Comercio de Zamora concedió a Embutidos Ballesteros el premio Mercurio. Al margen de su faceta como empresario, Ballesteros también se convirtió, con el paso del tiempo, en un magnífico embajador de los productos de Toro y de la provincia, gracias a su participación en ferias, a nivel nacional e internacional. Su familia mantendrá vivo su legado y, sobre todo, seguirá su ejemplo; el de un hombre forjado por un trabajo incansable con el que consiguió impulsar un ambicioso plan de expansión de su empresa.