El vino de Toro es un producto que, aparte de ser una de las señas de identidad de la ciudad y su Alfoz, atrae cada año a más consumidores que se muestran atraídos por su particular personalidad, como se ponía de manifiesto en el liceo del Teatro Latorre ayer durante la cata de vino de la Fiesta de la Vendimia organizada por el Consejo Regulador de la DO y dirigida por el veedor de la misma, Carlos Gallego, la cual contó con la participación de unas 80 personas. Destacó la presencia de una veintena de asistentes procedentes de Galicia.

En cuanto al desarrollo de la cata, esta se realizó, al igual que en anteriores ediciones, con vinos genéricos del Consejo Regulador donde los asistentes pudieron descubrir seis variedades diferentes de caldos que representan a la DO Toro. De esta forma, los participantes cataron un verdejo, un rosado compuesto por tinta de Toro y garnacha, un tinto joven de la añada 2015, un tinto roble de la añada 2014, un crianza del 2013 y un reserva del 2009. Además, durante la misma, como explicó Carlos Gallego, "también se han traído dos mostos vinos, un blanco y un rosado, de la actual vendimia que están fermentando para que la gente pueda probar un vino a mitad de fermentación, donde pueden oler la levadura, las frutas y los matices que tienen estos caldos". El objetivo de la cata dirigida es "divulgar la cultura del vino todo lo posible y que la gente conozca mejor lo que son los vinos de Toro, la tierra y las variedades de uva. Además, también se pretende que los asistentes aprendan a interpretar los vinos a través de lo explicado en la cata, es decir, todos los elementos y los complementos que tiene un vino y que lo visten conociendo de dónde salen y a qué huelen, básicamente".

El desarrollo de la campaña de vendimia está siendo lento, debido al retraso evolutivo de algunas variedades. En estos momentos, ya se han recolectado alrededor de nueve millones de kilogramos, lo que supone cerca de la mitad de la producción total, que se prevé de unos 22 millones de kilos. Unas labores que se han ejecutado principalmente en los viñedos más antiguos, así como en los pagos destinados a la uva blanca. La recolección todavía se está llevando a cabo en el 90% de bodegas que componen la DO.