Pequeños aficionados disfrutaron ayer de un vibrante encierro ecológico que discurrió por el recorrido habitual de la suelta de novillos y del toro de cajón, hasta la plaza de toros. Vestidos de blanco y con fajín y pañuelo morado, los participantes esperaron con impaciencia la salida, en primer lugar, de un bravo toro de cajón que permitió lucirse a los más valientes con arriesgadas carreras. Ya en la plaza de toros, fueron soltadas varias "toras" de cartón que persiguieron a los aficionados y a aquellos niños que, durante el festejo, no soltaron la mano de sus padres y familiares, ante el temor de sufrir una cogida. Este encierro ecológico sirvió para crear afición a los festejos taurinos y, sobre todo, para divertir a los más pequeños.