Los mayores se sumaron ayer a las fiestas de San Agustín, en la jornada dedicada a este colectivo. A pesar de la avanzada edad de muchos de los participantes, demostraron que cumplir años no importa si las ganas de diversión se mantienen intactas. De hecho, en esta jornada participó una mujer centenaria, Rafaela González de la Calle, acompañada de un grupo de vecinas de la calle Arbas. La jornada fue inaugurada con una chocolatada que los mayores degustaron en el recinto ferial. Posteriormente, la fiesta se trasladó a la plaza de San Francisco, donde los mayores disfrutaron de un animado baile en el que sonaron pasodobles, rumbas o canciones tan conocidas como "La chica ye-yé". La jornada concluyó con un almuerzo.