Los toresanos volvieron a demostrar ayer que saben disfrutar y que su espíritu festivo se contagia a todos aquellos que, con cierta nostalgia, observan cómo se divierten los jóvenes y no tan jóvenes. Un año más, las fiestas de San Agustín fueron inauguradas con una multitudinaria concentración de peñas en la que sus integrantes saltaron y bailaron al ritmo de la música y de la animación de dos expertos en ambientar cualquier fiesta: Samuel Rollón y Josué Bermejo. Ataviados con camisetas de colores en las que se podían leer curiosos nombres como "Adycto", "De Toro 100%", "Los amos del barrio" o "El Revolcón", los peñistas cumplieron con la tradición de colgar sus banderolas y pañuelos en la balconada del Ayuntamiento de Toro en la que permanecerán hasta el final de las fiestas. Tras adornar la fachada del Consistorio, los peñistas siguieron con la fiesta al ritmo que marcó "La charanga, naturalmente de Toro" durante la "mojada". Muchos vecinos esperaban desde los balcones el paso de las peñas para, con mangueras, cubos o garrafas, mojar a los jóvenes. Incluso, algunos, se bañaron en la fuente situada en la plaza Bollos de Hito cuyos chorros, por primera vez, funcionaron durante este desfile festivo. Incluso, los bomberos de Toro colaboraron en esta fiesta y mojaron a todos aquellos peñistas que desfilaban por la plaza de Santa Marina. El agua y, sobre todo el buen humor, marcaron el inicio de las fiestas de Toro.