-A pesar de los grandes logros iniciales no consiguió alcanzar los Juegos Olímpicos. ¿Ha sido un duro revés no poder acudir?

-Sí. Ahora cuando lo veo por la tele pienso que tenía que saltar el 18 de agosto, fecha que tenía marcada en rojo. Algún momento duro sí he pasado, y más cuando son decisiones que se escapan de tus manos. Espero que tras las próximas elecciones en la Federación se establezcan criterios objetivos para todos porque se pasa muy mal.

-¿Ir a los Juegos Olímpicos es la gran espina profesional de su carrera?

-No lo sé. De momento no ha terminado mi carrera y mantengo la esperanza de estar algún día. En 2020 son en Tokio y no hay ninguna espina clavada. En esos juegos yo seré mayor pero tengo más ilusión si cabe por llegar. El ir a unas olimpiadas también sería bueno para conseguir más patrocinadores, y en este sentido me encantaría tener patrocinadores de Toro y llevar el nombre de mi ciudad en mi camiseta. Los Juegos Olímpicos son el máximo sueño para un deportista de elite y seguiré intentándolo hasta que mi cabeza o mi cuerpo me lo impidan.