Toro se traslada durante estos días a sus momentos más importantes de la Edad Media a través de la representación teatral "Toro Medieval" que escenifica la Asociación Cultural "Capitonis Durii" de Zamora en diversos monumentos de la ciudad. Una ruta teatralizada a pie de calle que comenzó durante la noche la noche del pasado viernes y que ha contado con un pase diario de la función que se clausura hoy domingo con la última representación.

A través de la puesta en escena de doce actores de la asociación, los numerosos asistentes que han disfrutado de este evento han revivido diversos momentos históricos de la ciudad como la batalla de Toro, la leyenda de la Virgen del Canto o la historia de Rejadorada. Una iniciativa donde destaca la iluminación de los escenarios y la ambientación de la época por parte de la asociación en una velada teatral que pretende acercar la historia de la ciudad a vecinos y visitantes así como la cultura vinícola local. Además, la música popular y el folclore también tienen cabida a través de los recorridos entre cada uno de los actos donde los gigantes y gigantillas de la asociación ejercen de guías.

La ruta comienza en el Palacio de los Marqueses de Alcañices (colegio Amor de Dios) con la escenificación del acto del Conde-duque de Olivares y la leyenda del moro de los Vallados. En el segundo acto, celebrado en la Plaza Mayor, se escenifica el concejo y la leyenda de la Virgen del Canto que da paso en el tercer acto sobre el alcázar y el cerco de Toro representado en los alteradores de la construcción toresana y la Plaza de San Agustín. El Mirador del Espolón es el escenario de la cuarta escena donde se revive la guerra civil y la batalla de Toro. En la ruta no podía faltar La Colegiata de Santa María la Mayor cuya puerta norte acoge la representación sobre la conocida leyenda del burro del Maese Melchor. Otro de los momentos cumbres de esta velada se escenificaba en el Palacio de Rejadorada con la historia del edificio y los cordones de seda. El evento concluye en el Palacio de los Condes de Requena con el epílogo y la degustación de vinos locales por parte de los asistentes que ponen el cierre a este recordatorio del pasado toresano.