Las obras que la junta agropecuaria local está ejecutando en su sede no solo servirán para devolver el esplendor a un emblemático edificio que, en el siglo XIX, fue el centro de la actividad social de la ciudad, sino que la intervención permitirá también exponer documentos y otros bienes que la entidad está recopilando para crear un museo dedicado a sus orígenes e historia. El presidente del órgano agropecuario, Bernardo Caballero, reconoció que ya se han establecido contactos con historiadores como José Navarro Talegón y otras personas vinculadas al inmueble, para tratar de recabar información sobre su origen. Al parecer, el edificio fue adquirido en el año 1958 por la junta directiva de la antigua cámara agraria cuyos miembros avalaron la compra con su patrimonio.

No obstante, el trabajo de investigación se remonta años atrás hasta el "germen" de la entidad que, inicialmente, fue la asociación de josas y viñedos, a la que siguieron otras agrupaciones como la hermandad de labradores y ganaderos y la extinta cámara agraria que pasó a denominarse junta agropecuaria local. Destacó Caballero que, al margen del trabajo de recopilación de información sobre el origen, otras personas vinculadas al edificio ya han ofrecido para el futuro museo trajes completos de los guardas rurales que trabajaron para la hermandad sindical de labradores y ganaderos. Además, en el interior del edificio se conservan algunos bienes relacionados con su historia como la "piedra" en la que bebían agua los caballos de los guardas o un aljibe de piedra en el que se recogía el agua de lluvia.

Por otra parte, Caballero destacó que en el siglo XIX, el histórico edificio albergó muchas de las actividades de carácter social que se celebraban en la ciudad y, en sus salones, tenían lugar animados bailes de carnaval y de otras fiestas locales, aunque también era el lugar en el que se solucionaban problemas de lindes o entre vecinos. Por todos estos motivos, la junta agropecuaria pretende habilitar un museo en el inmueble, una vez que pueda "ordenar" la documentación recabada sobre su historia que, como matizó Caballero, será recordada por muchas familias de Toro que, de una manera u otra, estaban vinculadas a la entidad agraria y ganadera, ya que en la comarca muchas personas se dedicaban antiguamente al sector.

No obstante, para poder ejecutar este proyecto será preciso esperar a que finalicen las obras de rehabilitación del edificio promovidas por la junta agropecuaria que, como explicó su presidente, "van despacio" por su precario estado de conservación. Una de las fases más complicadas es la remodelación de la estructura del salón con el que cuenta el inmueble y que será destinado a anfiteatro para que, en un futuro próximo, esta estancia pueda ser utilizada para un amplio abanico de actividades. Una vez concluidas las obras, la junta agropecuaria local pretende abrir al público el edificio que, como atractivo añadido, cuenta con una antigua bodega subterránea del siglo XVI, conocida en la ciudad como "La Niña Bonita" y que, en la actualidad, acoge el centro de promoción de la Denominación de Origen Toro, después de que la entidad alcanzara un acuerdo con el Consejo Regulador para que, durante 15 años, pueda explotar este recurso enoturístico.