Por otra parte, el delegado episcopal de Cáritas explicó que la nueva sede ha sido acondicionada en un local que fue donado por herencia hace varios años a la entidad y tras alcanzar un acuerdo con las personas que ocupaban el espacio que, hasta el inicio de las obras de la nueva sede, era utilizado como taller. En cuanto a las obras, Martín de Lera aseguró que han sido financiadas con cargo a otra herencia de las hermanas Rodríguez Baena que repartieron su legado entre Cáritas, Manos Unidas y las parroquias de la ciudad. Con el dinero legado por las hermanas ha sido posible acometer la obra de reforma de las instalaciones en las que se han centralizado todos los servicios que presta la organización en la zona.