Nació entre viñedos y, a pesar de la distancia, no dudó a la hora de trasladarse a Toro desde Mendoza (Argentina) para asumir las funciones de director general de Bodega Numanthia. Lucas Löwi ha descubierto en la Denominación de Origen Toro un patrimonio único, viñedos centenarios prefiloxéricos en cuya producción limitada radica parte del éxito de los vinos de Numanthia, vinos que han obtenido el reconocimiento de críticos tan influyentes como Robert Parker o de los mercados más exigentes.

-¿Cuándo empezó a trabajar para el grupo Louis Vuitton Möet Hennessy?

-Nací en Mendoza, rodeado de viñedos, de bodegas o de mucha uva y el vino siempre estuvo muy presente en mi vida y es parte de una tradición familiar. Desde muy pequeño quería sentir el orgullo de pertenecer a la industria vitivinícola y, después de pasar por algunas bodegas, tuve la suerte de empezar a trabajar para el grupo Louis Vuitton Möet Hennessy en Argentina. Esto sucedió hace nueve años y siempre tuve la curiosidad de conocer otras viñas, otros vinos y otros procesos de vinificación. Así, empecé a tener una responsabilidad más global, no solo de los viñedos de Mendoza, sino que también empecé a trabajar con Numanthia y con las bodegas que el grupo tiene en Napa Valley, Nueva Zelanda y Australia.

-¿Qué reto se ha marcado como director de la bodega?

-El desafío es muy grande porque hay que intentar preservar un patrimonio único que son esos viñedos antiguos de más de cien años que han sobrevivido durante tanto tiempo y en unas condiciones extremas por el clima de la zona, pero que generaciones y generaciones de viticultores han cuidado.

-¿Antes de venir a Toro conocía los vinos de la Denominación de Origen?

-Había oído hablar de Toro porque tiene una de las historias más antiguas del mundo vinícola. Cuando la filoxera atacó toda Europa, los vinos de Toro tuvieron permiso real y fueron distribuidos por toda Europa. También había escuchado que los primeros vinos que llegaron al continente en el que yo nací eran de Toro porque, cuando Cristóbal Colón empezó a planificar el viaje, quería llevar en sus barcos vinos que pudieran añejar bien. Además, siempre me gustó mucho la historia de la ciudad de Numancia que resistió durante tantos años a la invasión romana y los habitantes prefirieron la muerte antes que rendirse ante al enemigo. El paralelismo entre esa historia de resistencia y épica y los vinos de Toro me encantó. Al venir a Toro y descubrir su terroir, sus viñedos, sus gentes, la tradición vitivinícola que existe aquí donde cada familia tiene su forma de hacer vino y ese cuidado meticuloso a la hora de elaborar vino, me sentí muy identificado.

-Viticultores de la zona han optado por arrancar sus cepas por la escasa rentabilidad, ¿cómo se debe preservar un patrimonio tan valioso?

-En Toro nos encontramos con, probablemente, los viñedos más antiguos que puedan existir. Este patrimonio es único e irrepetible y tenemos la obligación de cuidarlo y de empezar a pensar a largo plazo para lograr la subsistencia y el desarrollo de estas viñas. Los bajos rendimientos son posiblemente un problema para los viticultores, pero al mismo tiempo dan lugar a grandes vinos. La cosecha manual, el cuidado meticuloso del viñedo, desde la poda hasta la vendimia, hacen que la Denominación de Origen Toro esté destinada a producir de los mejores vinos del mundo.

- ¿Qué cualidades aporta la variedad tinta de Toro a los vinos de Numanthia?

-Estoy fascinado con la tinta de Toro. Me parece una variedad con un gran potencial, cuerpo y estructura y su color es asombroso. Las vides en vaso y su baja densidad de población hacen que la tinta de Toro desarrolle unas cualidades muy particulares que solo se dan en esta zona.

-¿Cuál es el secreto de Numanthia para que sus vinos hayan conseguido en pocos años un reconocimiento mundial?

-Se combinan varios factores. Por un lado, una importante inversión en viñedos centenarios. Numanthia cuenta en la actualidad con 83 hectáreas de viñedos propios de los que la mayoría son viñedos viejos, pero distribuidas en más de cien parcelas. Eso hace que logremos tener mucha diversidad de climas y suelos dentro de la Denominación de Origen. Además, al formar parte del grupo Louis Vuitton Möet Hennessy contamos con una distribución mundial enfocada en el lujo y llegamos a países en los que la venta de vino es compleja.

-¿En qué mercados se comercializan los vinos de Numanthia?

-El 88% de nuestra producción se exporta y el 12% se consume en el mercado español. El principal mercado es históricamente Estados Unidos, mercado en el que realizamos nuestras mayores inversiones en términos de distribución y de construcción de marca. El mercado español, obviamente, es muy importante para nosotros. En otros países como Reino Unido, Suiza o Alemania tenemos una presencia muy importante, mientras que otros mercados como México o Brasil tienen mucho potencial de desarrollo. En Japón ya contamos con una buena distribución de nuestros productos, pero queremos conquistar otros mercados asiáticos. Somos una bodega boutique nuestras producciones son pequeñas y dependen del clima y la añada.

-En 2011, el crítico Robert Parker concedió 100 puntos al vino Termanthia, ¿qué supuso este reconocimiento para la bodega?

-Fue muy importante para la bodega, para Toro y para España. La llegada de Numanthia a Toro aportó elegancia y finura a unos vinos que antes, como se decía tradicionalmente, tenían mucho cuerpo y se tomaban con cuchillo y tenedor. El hecho de que Robert Parker otorgara la máxima puntuación a Termanthia provocó que el mundo del vino se fijara en Toro y en su variedad de uva. Significó un impulso muy importante para llegar a los mercados mundiales y una exigencia, porque todos los años nos obliga a alcanzar un nivel de calidad superlativa.

-El crítico norteamericano también auguró hace años que Toro se convertiría en una de las Denominaciones de Origen más importantes de España, ¿qué le falta para lograr ese despegue definitivo?

-Hay que tener en cuenta que la Denominación de Origen Toro es bastante joven, aunque ha crecido mucho. Creo que le falta comunicación. Lo importante, como decimos en bodega es la materia prima, con buena uva, si hacemos bien las cosas en el viñedo con una buena poda, una cosecha manual y mucha selección de racimos en viñedo y en bodega, el vino será bueno. Sin buena materia prima es muy difícil hacer buenos vinos. Partiendo de esa base, creo que si Toro continúa por el camino de producir vinos de alta calidad será cada vez más reconocida, no tanto como Rioja o Ribera, pero Toro tiene todo para formar parte, en un futuro, de la élite de los vinos de España y sin duda lo va a lograr.