Un siglo de vida. Alcanzar los 100 años de existencia no es muy habitual en la sociedad aunque en los últimos años ha aumentado la cantidad de personas que cumplen esa edad. Una de ella es Dionisia Álvarez Calvo que celebró junto con toda su familia sus 100 años durante la tarde del pasado sábado en la Residencia San Roque de Morales de Toro donde sus allegados acudieron a festejar junto a ella un momento tan especial.

Esta jornada estuvo envuelta en una atmósfera nostálgica y festiva que contó con la colaboración del grupo de folclore de Toro "Tío Babú", que realizaron diversos bailes populares, y de Fidel Velasco que cantó durante el evento. Un día en el que Dionisia Álvarez estuvo acompañada de sus hijos, nietos y biznietos quienes quisieron hacerle un pequeño homenaje a su persona. Una mujer que como destacan sus familiares "siempre ha sido muy hospitalaria, cariñosa, bromista y divertida".

Dionisia Álvarez ha vivido una vida dura donde ha tenido que adaptarse a las circunstancias como el hecho de haber tenido 13 partos de los que únicamente sobrevivieron 6 hijos o la ausencia de su marido durante la guerra civil al combatir este en el frente. Una situación esta última que la llevo a coger las riendas de la familia trabajando en una fábrica de conservas y envasado o, al regreso de su cónyuge, realizar labores de ordeño en una ganadería de la zona.

Momentos de sacrificio para sacar adelante a sus descendientes en unos años económicamente duros para la sociedad española. Una labor de "trabajar y mantener unida a la familia" (ha tenido 6 hijos, 16 nietos, 12 biznietos) que siempre ha estado muy presente en la vida de Dionisia Álvarez como aseguran sus familiares más allegados. Situaciones para estar juntos en los buenos y malos momentos como en el fallecimiento de uno de sus hijos hace más de un año que ha sido la situación más dura de su existencia.

Una vida que realizó principalmente en el barrio Eusebio Rebolleda de Toro donde siempre ha destacado "por su sentido del humor y su grado de implicación con el vecindario". Una convivencia donde el apoyo entre las vecinas y las situaciones de divertimento eran muy habituales. Situaciones con las que Dionisia Álvarez se sentía muy identificada ya que como explican sus allegados "siempre ha sido una persona muy bromista y a la que le ha gustado mucho los momentos diversión".

En definitiva, un siglo de vida de una persona luchadora, alegre, divertida y hospitalaria que afronta esta última etapa de su vida con una plena lucidez mental. Un estado que le ha permitido disfrutar del cumplimiento de sus cien años de existencia en una jornada festiva para estar con los suyos, con su familia.