La asociación del Santo Sepulcro y la Soledad y la cofradía de Jesús Nazareno y Ánimas de la Campanilla se unieron durante la mañana de ayer para trasladar el Santísimo Cristo de la Expiración desde la iglesia de la Concepción hasta Santa María de Roncesvalles y Santa Catalina.

Ambas hermandades se unieron para llevar a cabo un traslado digno de la venerada imagen, un hecho insólito en la ciudad. La situación viene motivada por la petición de la asociación del Santo Sepulcro a la cofradía Jesús Nazareno y Ánimas de la Campanilla para albergar la imagen en el templo de Santa María de Roncesvalles y Santa Catalina durante las Edades del Hombre, al ser su lugar de emplazamiento habitual, la iglesia del Santo Sepulcro, subsede de la exposición de Arte Sacro.

De esta forma, mediada la mañana partió la imagen desde la iglesia de la Concepción, tapada con un plástico por seguridad ante las previsiones de lluvia, siendo esta portada por los integrantes de la Asociación del Santo Sepulcro en un traslado que contó con la presencia de miembros de ambas cofradías así como de diversos devotos. La directiva de la cofradía de Jesús Nazareno y Ánimas recibía oficialmente a la talla bajo el cabildo de la iglesia de Santa María de Roncesvalles y Santa Catalina.

Tras este acto, el Santísimo Cristo de la Expiración fue conducido al interior de la nave del templo ocupando y presidiendo esta imagen su retablo lateral, una zona que permitía que este pudiera ser contemplando desde el exterior de la capilla de Jesús y su Madre Santísima de La Soledad. Una ventana de oración y encuentro diario que durante la tarde del sábado se abrió para todas aquellas personas que quisieron acercarse a rendir culto.